El embajador de España en Andorra, Àngel Ros (PSC), es partidario de negociar una nueva relación entre Catalunya y el resto de España, y "el acuerdo al que se llegue lo ha de refrendar la ciudadanía".

"Los diputados en el Parlament y en el Congreso de los dos gobiernos han de ponerse" a ello, dice en el libro 'Remuntant el Segre' (Pagès Editors), que ha presentado este viernes en Lleida y en el que, con formato de entrevista, responde a las preguntas de la periodista Rosa Peroy.

A la presentación han asistido entre otros la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera; el alcalde de Lleida, Fèlix Larrosa; el rector de la Universitat de Lleida, Roberto Fernández; empresarios y políticos.

En el libro, el exalcalde de Lleida señala que se han de hacer todos los esfuerzos para encontrar una nueva relación entre Catalunya y el resto del Estado, y que hasta que se llegue a una propuesta final "no hace falta votar".

Antes de la presentación del libro, en rueda de prensa, Ros ha afirmado que no cambiaría por nada los 15 años en los que ha sido alcalde de la ciudad.

Un año muy duro

Ha explicado que el último año fue muy duro en especial a nivel familiar y que el verano pasado, justo antes de que le llegara la oferta del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, de ser embajador, había decidido junto a su familia que no optaría a la reelección en la Alcaldía.

"Si no me hubiera llegado la oferta de ser diplomático, que era una ilusión desde siempre, estaría en la universidad, con dedicación plena a la docencia", ha dicho.

Además de la entrevista, el libro incluye entrevistas a los periodistas Josep Cuní -que destaca que Ros ha puesto a Lleida en el mapa de España- y de Lluís Foix, que dice del exalcalde que su fortaleza se basa en sobreponerse pronto a los malos tragos.

En el libro, Ros reconoce que el 1 de octubre de 2017, el día del referéndum soberanista anulado por el Tribunal Constitucional, cometió un "gran error" y que vivió la jornada con preocupación y dolor.

"Aquel día cometí un gran error. Hice unas declaraciones ante el IEI -iba a misa a la Catedral- viendo y hablando con personas que hacían cola para ir a votar con normalidad absoluta. Al salir de casa se me había informado de algunos problemas en algunas escuelas, pero no de Lleida. No supe de los disturbios hasta más tarde. Dije a los medios que todo iba bien", explica.