El tercero de los padres de la Constitución que ha desfilado por el Congreso este miércoles, tras Miguel Herrero de Miñón y Pedro José Pérez Llorca, ha sido el jurista y antes diputado de Convergència Democràtica de Catalunya, Miquel Roca i Junyent, quien tampoco avaló la reforma de la Constitución. Roca i Junyent ha considerado que se podían "acometer cambios trascendentes" sin realizar dicha revisión, algo que pasaría por garantizar a cambio las sigularidades territoriales en el terreno político: "gestos, sensibilidades, sentimientos", expuso sin más concreción.

"La diferencia no genera privilegios. Solo nos hace respetar al diferente. La democracia es reconocer la singularidad. La igualdad es democracia, pero la singularidad es un plus que se ampara en el principio de pluralismo. "¿No sería correcto que quien quiera un tratamiento singular lo reciba?", ha defendido el jurista, quien fue uno de los encargados de representar el ámbito nacionalista catalán durante la Transición. En consecuencia, se ha mostrado a favor de la "regulación de las pequeñas cosas en tiempo de crisis", como sería el clima que rodea el procés.

Roca i Junyent incluso se ha permitido una metáfora para ilustrar su punto de vista. "Una mujer le dice a su marido que se quiere divorciar y él le responde que se quedará sin la segunda residencia de la familia, sin la custodia de los niños ... De pronto, ella rompe a llorar y él le pregunta ¿por qué lloras?. La mujer responde: porque creía que me dirías que todavía me quieres. Pues los gestos son eso", ironizó el ponente entre risas de los diputados.

Roca i Junyent sí ha sido crítico, sin embargo, con la unilateralidad del independentismo. "En la Constitución cabe lo que cabe. Y nada más. El resto puede ser interpretado, ampliado. La interpretación es muy importante", ha indicado –sumándose así a las palabras de Herrero de Miñón, partidario de las "mutaciones" de los textos constitucionales. Eso no le ha impedido, sin embargo, reconocer como error la sentencia del Estatut de 2010. "La muestra es que ya nunca más podrá haber una sentencia como esa, porque el recurso previo de inconstitucionalidad se suprimió. Como las Cortes saben que no fue bueno, no quieren que vuelva a pasar", ha zanjado.

Ante ese escenario, el abogado catalán ha querido subrayar el valor de la Carta Magna vigente por su "consenso modélico". Primero, ha recordado que fue aprobada con el 88,5% de los votos en todo el Estado y el 91,5% en Catalunya". Segundo, ha insistido en que era "flexible" y había permitido gobernar a partidos de diferente signo político. En último término, ha criticado como "ridícula acusación" que el texto se hubiera redactado bajo un clima de "miedo". "Es no querer reconocer el coraje y la valentía que algunos aportaron a aquel proceso", ha lamentado.