En Ciudadanos no ha habido una gran purga ante las voces críticas con el giro a la derecha del partido, aunque algunas ya han abandonado el barco. En vez de eso, Albert Rivera ha optado por marginarles y ampliar los miembros de la ejecutiva estatal en 10 personas, hasta las 50. Todas las nuevas incorporaciones, un total de 22, son perfiles afines. Como lo ha descrito el mismo Rivera este lunes en la reunión del Consejo General de la formación, son "gente leal al proyecto de Ciudadanos y de España". Estas semanas han abandonado Cs personalidades tan relevantes como Francesc de Carreras, uno de sus fundadores. La estrategia de vetar al PSOE y aliarse con Vox está siendo cuestionada.

Entre los nombres más destacados de las nuevas incorporaciones, hay el de la ganadora de las primarias en Catalunya, Lorena Roldán, que será la portavoz de la ejecutiva estatal en sustitución de Inés Arrimadas, que lo será en el Congreso de los Diputados. También se incorpora a la cúpula uno de los fichajes estrella, el abogado del Estado Edmundo Bal, que se suma al empresario Marcos de Quinto, que ya entró ahora hace un mes en el lugar del crítico Toni Roldán. Ha avisado de que no aceptará "presiones" para forzar su abstención a Sánchez.

A pesar de las críticas por el giro a la derecha, en un discurso en abierto donde ha vuelto a hablar de Pedro Sánchez y sus posibles socios como "banda" que busca "repartirse un botín", el líder de Ciudadanos ha reivindicado su partido como el "centro político". Ha justificado la ampliación de la ejecutiva para "reforzar" la formación y "poner las bases para que sea un partido de gobierno". Ha asegurado que "el momento de hacer cambios es cuando hay éxito".

En su intervención, donde ha dejado claro que no están por facilitar la investidura, Rivera ha interpelado directamente al candidato socialista: "Señor Sánchez, no puede estar en el lado equivocado de la historia". En este sentido, ha añadido: "Yo estoy con las víctimas del terrorismo y algunos con los que organizan homenajes a los terroristas". Se ha mostrado "orgulloso de que los separatistas no me quieran de presidente y los populistas no quieran nuestra política económica".