El intento del gobierno de Mariano Rajoy de incorporar el castellano como lengua vehicular a la escuela catalana ha recibido las críticas de los exconsellers de Ensenyament Irene Rigau y Ernest Maragall. Después de que el mundo de la enseñanza, asociaciones de padres y diversos políticos hayan mostrado su rechazo a la medida, ahora son dos antiguos titulares de Ensenyament los que la ponen en entredicho y apuntan incluso a que la medida incumpliría las propias leyes vigentes en Catalunya.

Tanto Rigau como Maragall han visto una intencionalidad partidista en la propuesta del gobierno de Mariano Rajoy, que enmarcan en la evidente pugna entre el PP y Ciudadanos por la hegemonía en la política española. "Quieren crear una división en la sociedad para después explotarla políticamente", ha señalado en una conversación en Els Matins de TV3 el exconseller y ahora diputado de ERC, una idea en la que también ha insistido Rigau, que ha alertado de que cualquier tipo de intento de segregar a los alumnos sería, de hecho, inviable, porque tendría que implicar modificaciones en la oferta.

En este sentido, la exconsellera se ha mostrado convencida de que en ningún caso en Catalunya los niños serán segregados por razón de lengua y tampoco se determinará la plaza de una escuela teniendo en cuenta la lengua que se habla en casa.

Reforma ilegal

Maragall ha asegurado que la incorporación de la casilla podría convertirse en "una medida ilegal", ya que contradice lo establecido por la Ley de Educación de Catalunya de 2010, que expone en su artículo 11 que los alumnos no pueden estar separados en centros diferenciados por razón de lengua, una idea que se incorporó precisamente para evitar establecer este tipo de segregación.

"Las consecuencias entran en el terreno del absurdo, no solo de la ilegalidad", ha advertido Maragall, que ha hecho una apuesta clara por mantener el castellano como valor y no como una razón para dividir la comunidad educativa.