Este martes se ha iniciado la intervención de conservación y restauración del pórtico del Monasterio de Santa Maria de Ripoll. El Departament de Cultura, a través del Centre de Restauració de Béns Muebles de Catalunya (CRBMC), dirige y coordina la actuación, que dará más estabilidad al pórtico a largo plazo y mejorará la imagen.

La intervención, que finalizará en diciembre del 2016, se centra en la limpieza general de las capas de superficie alteradas y en la consolidación puntual de la piedra descohesionada. El objetivo principal es limpiar suciedad superficial y retirar las capas de resina alterada de sobre la portada, sin comprometer la consolidación puntual de la piedra. De esta manera se quiere poner en valor la escultura y el repertorio iconográfico de la portada, respetando sus materiales originales.

La intervención es ejecutada por la empresa Arcovaleno SL y se prevé que tenga una duración aproximada de 4 meses. La lleva a cabo un equipo de cinco profesionales, bajo la dirección del CRBMC, y tiene un coste total de 125.000 euros, financiado por el Patronat del Monasteri de Ripoll, la Diputació de Girona y el Departament de Cultura.

La actuación se fundamenta en una serie de estudios, de analíticas y de trabajos que se han hecho durante los últimos años, ratificados por una comisión de expertos, creada para generar el máximo consenso, vista la complejidad de la intervención.

Estudios previos

El CRBMC ha llevado a cabo estudios previos a la intervención, que se han centrado en el conocimiento científico de los materiales de la portada y a tener un conocimiento integral y preciso de su estado de conservación. Así, se han hecho análisis geológicos y fisicoquímicos para determinar el tipo de piedra y de resinas añadidas y los restos de policromía, y se han identificado múltiples depósitos de suciedad y costras negras puntuales. Paralelamente, se han hecho los levantamientos planimétricos con los mapas de patologías con el fin de identificar alteraciones mecánicas superficiales, como descamaciones, fisuras, pequeñas pérdidas, etc. y las alteraciones provocadas por la resina de las capas superficiales. Todos los estudios han sido complementados con fotografía analítica mediante la macrofotografía, la luz ultravioleta UV y en cámara termográfica.

Con el fin de poder elaborar un adecuado proyecto de conservación y restauración, se ha hecho un estudio para definir los sistemas de limpieza con láser, química y en microproyección. Así, se prevé realizar una limpieza superficial en seco, con pinceles suaves y aspiración de los depósitos de polvo superficial, seguida de una limpieza láser de los restos de resina envejecida que oscurece la superficie. También se hará una limpieza controlada de los restos de policromía original y se eliminarán las costras negras superficiales. Paralelamente, todos aquellos puntos que lo requieran serán consolidados con la aplicación de productos específicos.

El pórtico de Ripoll

La portada monumental de la iglesia de Santa Maria de Ripoll, situada en la fachada occidental, data de mediados del siglo XII y sustituye la puerta primitiva del templo. Es una gran estructura rectangular adosada al muro, realizada en piedra de arenisca local y trabajada en relieve con escenas bíblicas y motivos vegetales y geométricos. Se trata de una obra única que ha sido bautizada como la "Biblia esculpida en piedra", y se considera un referente indiscutible del arte románico internacional. Su singularidad radica tanto en su forma, un gran arco de triunfo, como en la riqueza y complejidad del programa iconográfico, concebido muy probablemente por la misma comunidad de benedictinos ripollenses. La portada está inscrita en la lista indicativa de Patrimonio Mundial de la UNESCO, trámite imprescindible para que pueda llegar a ser declarada Patrimonio Mundial.

La portada mide aproximadamente unos 11 metros de ancho por 7 metros de altura y forma un conjunto de unos 80m² de superficie esculpida visible y ocupa un volumen de 21 m3, que se calcula que puede alcanzar unas 11 toneladas de peso. Está formada por sillares de arenisca de 25 cm de profundidad sustentados por gravedad.

A pesar de la convulsa historia moderna del monasterio de Ripoll, no es hasta la desamortización de Mendizábal que se inicia un periodo de abandono que compromete la conservación y la integridad de la portada, sobre todo con la caída del atrio, que deja durante unos cuantos años la portada a la intemperie, y al vandalismo.

Intervenciones anteriores

Elies Rogent llevó a cabo una restauración entre 1886 y 1893, con que reconstruyó el monasterio y le volvió dar el uso que había perdido, y con que devolvió una cierta estabilidad a la portada y a su entorno. Sin embargo, la portada se siguió degradando de manera menos acentuada, tanto por las condiciones ambientales de la zona, como por la presencia de humedades elevadas del propio terreno o la contaminación del ambiente industrial del Ripoll de la época.

Con el impulso que dieron las instituciones del momento a la restauración y recuperación de monumentos, a caballo entre los años 60 y 70 del siglo pasado, se inició un periodo de intervenciones continuadas en la portada, en qué participaron profesionales tanto del ámbito estatal como internacional. El interés principal de estas intervenciones era la consolidación de la piedra sedimentaria de la portada, que estaba muy disgregada, y que en aquellos momentos se hacía con la aplicación de resinas sintéticas muy utilizadas en el ámbito internacional. Se hicieron multitud de pruebas, con más o menos fortuna, tanto con los productos más innovadores de la época como con algunas técnicas tradicionales, con el fin de encontrar el método de restauración más adecuado. Así, en 1964, el Instituto Central de Conservación y Restauración (ICCR), hizo la intervención que le ha otorgado el aspecto actual.

Posteriormente, y a partir de 1988, el CRBMC fue haciendo trabajos de mantenimiento y conservación de la portada de acuerdo con el Obispado de Vic y las instituciones locales, hasta que, el año 1993, el Departament de Cultura pasó a gestionar directamente la conservación de la portada. La actuación más importante nunca hecha a la portada fue la intervención en conservación preventiva hecha en el año 1994 por el Servicio de Patrimonio Arquitectónico del Departament de Cultura, en la que se optó por cerrar el atrio y climatizar este espacio, con el objetivo de crear un ambiente estable que permitiera un control constante de la humedad relativa, la temperatura y la incidencia de las radiaciones solares en unos parámetros fijos de seguridad para los materiales constitutivos de la portada. De esta manera, se consiguió estabilizar las diversas degradaciones que sufría la obra, entre las cuales conviene remarcar el envejecimiento de las resinas sintéticas que al cabo de los años se han ido oscureciendo. A partir del 2007, el CRBMC se ocupa íntegramente de la conservación preventiva y restauración de la portada, y en los últimos años se han promovido los estudios previos necesarios para diagnosticar con el máximo rigor científico posible su estado de conservación y llegar a definir el actual proyecto.