Una sesentena de independentistas represaliados por el estado español entre las décadas de los setenta y noventa han escrito una carta abierta a los presos políticos que hacen huelga de hambre en la prisión de Lledoners. "Desgraciadamente muchos de nosotros conocemos por experiencia propia la dureza de la prisión y lo que se sufre en una huelga de hambre", dicen los firmantes entre los cuales hay, entre otros, Tamara Carrasco, Carles Castellanos, Pere Bascompte, Frederic Bentanachs, Aleix Renyé, Carles Sastre, Ramon Piqué, Blanca Serra o Montserrat Tarragó.

Los represaliados aseguran que la decisión de los presos de iniciar una huelga de hambre les ha hecho venir "imágenes, algunas dramáticas, algunas incluso humorísticas en medio de un hambre inmensa. Sabemos que pasados los primeros días se puede reencontrar la tranquilidad y la lucidez aunque el cuerpo se resiente".

Los autores de la carta lamentan que ni ellos ni los presos serán los últimos represaliados "antes de que nuestro país pueda ser libre" y añaden que quien piense que los derechos nos serán regalados por el simple hecho de tener razón se ha equivocado". Los firmantes subrayan que "luchar comporta sacrificios".

En el texto consideran que el independentismo ha entrado en una nueva fase más dura en que hace falta que "todo el mundo esté preparado", matizan que "hay que actuar pacíficamente" pero que "se debe actuar". En la misma línea piden no dejarse engañar por los "enemigos del derecho a la autodeterminación".

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Finalmente, este grupo de personas que también ha sufrido la represión del Estado apunta su desconfianza con el PSOE: "No tenemos que dejar que ahora se quiera engañar al pueblo catalán con falsas perspectivas de pacto con quien querría utilizar los presos y presas actuales como moneda de cambio, contraponiendo la libertad personal a la de Catalunya".