La cena de este sábado en la Costa Brava de Pablo Llarena con el presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, ha desencadenado mucha polémica, algunos sectores más españolistas incluso han asegurado que se acosó al magistrado.

El CDR de Palafrugell y Аnonymous Catalonia informaron de la cena a través de las redes sociales, hecho que provocó una pequeña concentración de protesta contra el magistrado que lleva la causa del 1-O y que ha encarcelado a los líderes independentistas.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha querido dejar claro que lo que le pasó a Llarena no era acoso:

En un tuit, Rufián asegura que "acoso" es lo que sufren los presos políticos que "cenan sin sus hijos durante meses en el comedor de una prisión".