Renfe y Adif han destituido este lunes a dos altos cargos involucrados en la polémica de los trenes que no cabían en los túneles en Cantabria por un error en la anchura de los vagones. Por un lado, Adif ha despedido al titular de la dirección de Inspección y Tecnología como medida preventiva, mientras que Renfe ha cesado de su responsabilidad en Gestión de Materia al que era el gerente del Área de Gestión de Material de Renfe Viajeros en el momento en que se preparó el proyecto de estos trenes. Estas destituciones han tenido lugar a la espera del resultado de la auditoría anunciada por la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez.

Adif, en un comunicado, ha defendido que esta decisión permitirá que otra persona participe en el grupo de trabajo que se creará con el Ministerio para cerrar el diseño del tren licitado por Renfe. "Adif colaborará con absoluta transparencia en la auditoría del Ministerio de Transportes y valorará sus conclusiones para proceder a los ajustes organizativos de carácter definitivo que se recomienden", ha apuntado. Con respecto a Renfe, ha anunciado la destitución del que hasta ahora se ocupaba de la Gestión de Materia, una persona que, según han detallado, ha ejercido varios cargos vinculados al área Técnica y de Material a lo largo de su carrera.

A la espera de nuevos trenes

Renfe ya ha conseguido un acuerdo con la empresa Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), Adif y la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF) para solucionar el problema causado por la anchura métrica de los trenes destinados a los servicios de cercanías y media distancia de Cantabria, y también de Asturias, País Vasco, Galicia, Castilla y León y Murcia. Ninguna de las partes implicadas ha confirmado el plazo establecido para resolver este error, pero se estima que la construcción de estos nuevos trenes se puede demorar hasta tres años.

De hecho, todavía hay trámites para resolver a fin de que la solución pactada pueda salir adelante. En concreto, la AESF tiene que autorizar que se aplique un método que no recoge la normativa española, pero sí la europea, y desarrollar sus procedimientos, según han informado fuentes de Renfe a Europa Press. Por otra parte, la empresa CAF también tendrá que contratar una empresa especializada en aplicar este método, mientras que el contrato entre Renfe y la empresa tendrá que ser modificado para introducir un seguimiento del proyecto con este tren de referencia. Finalmente, Adif tendrá que aportar los datos sobre las características de la infraestructura y comprometerse a mantener los mismos parámetros.