Cuando Albert Rivera llegó al Congreso en 2016 se vanagloriaba de que con Ciudadanos "nunca más harían falta los nacionalistas para la gobernabilidad de España". Sin embargo, Mariano Rajoy le ha enseñado que no sería así, tras aprobar los presupuestos generales del Estado de 2017 a golpe de talonario y gracias a varias formaciones con dicho ideario. Hasta 176 votos suman PNV, Nueva Canarias –el 'diputado 85' del PSOE– y Coalición Canaria, además del Partido Popular, Cs, Unión del Pueblo Navarro y Foro Asturias, lo que ha permitido al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, exhibir un perfil pactista en los pasillos de la cámara.

"Es una buena noticia que España pueda tener presupuestos del Estado, ha habido un acuerdo entre siete fuerzas políticas. Estamos en un momento económico mejor que el de los últimos años, se está creciendo y generando empleo y creemos que ahora se podrá continuar en esta línea para crear 500.000 empleos este año. También, como consecuencia de la asignación a las comunidades autónomas. Eran los objetivos fundamentales y se envía así un buen mensaje de estabilidad y credibilidad" ha dicho Rajoy, saliendo del hemiciclo y después de que Montoro recibiera el aplauso de los socios de cuentas –llevando corbata amarilla–.

La votación de las enmiendas de partidos ha transcurrido a lo largo del lunes, martes y miércoles de esta semana, donde los ministros han comparecido para defenderlas con réplicas de la oposición. La cuestión es que el primero en dar el fue Cs –como socio de investidura–, quien en este tiempo ha priorizado la estabilidad política a los casos de corrupción surgidos las últimas semanas –Lezo, Gürtel, Murcia–. Eso vino a cambio de un paquete social de 2.100 millones: 235 millones para permisos de paternidad, 500 para complemento salarial joven, 258 para parados de larga duración, entre otras partidas para sanidad y educación.

Entre el resto de medidas de la formación naranja está la imposibilidad de subir impuestos –como el de bebidas con azúcar que el ministro Cristóbal Montoro le había quitado al vicepresidente Oriol Junqueras–, la reducción del IVA cultural, del 21% al 10%, en espectáculos como el teatro, los conciertos, la danza y también los toros –es el gobierno quien lo quiso situar al rango bajo. No fue así con el cine, que se mantiene en el 21%.

Casi en paralelo va se gestó el acuerdo con Coalición Canaria por 452 millones –también socia de investidura de Rajoy, UPN y Foro Asturias.

El tercero a caer fue el PNV, después de que Aitor Esteban avisara a Rivera en un pleno hace meses de que quizás algún día necesitarían su apoyo. La Moncloa se compromete a retornar a Euskadi 1.400 de los 1.600 millones que el segundo reclamaba en concepto de liquidación de la cuota vasca desde 2007, además de reducir en 500 millones de aportación del País Vasco a las arcas del Estado, este año. La cuota es una ley quinquenal, que había caducado, de manera que se tenía que renovar para el 2017-2022 y las partes querían hacer creer que quedaba al margen de la negociación presupuestaria.

El último gran esfuerzo fue con el diputado Pedro Quevedo, de Nueva Canarias, quien concurrió en coalición con el PSOE a las elecciones. Este ha conseguido un acuerdo por valor de 204 millones más hasta finales de año. Son el aumento de la bonificación al transporte de pasajeros entre islas al 75%, y del 100% para el transporte de mercancías de puertos y aeropuertos interinsulares y con la península o el pago total del Posei adicional por parte de la Administración estatal, además de dinero para el archipiélago en empleo, asuntos sociales y violencia de género, entre otras medidas políticas.

En adelante, el proyecto de ley será remitido al Senado, donde el PP tiene mayoría –lo que no tendría que suponer inconveniente para que el presidente se garantice dos años de estabilidad. La crítica a la estrategia negociadora de Rajoy con las cuentas públicas ha venido de la mano del diputado de Compromís, Joan Baldoví, quien la ha calificado con un "coge el dinero y vota". "Si todos lo hubíesemos hecho así, no habría dinero para todos", ha denunciado el valenciano, quién rehusó de incluirse en el selecto grupo de los 7 nacionalistas –periféricos y españoles, aunque Rivera critique sólo a los primeros–.