Ana Pastor, como nueva presidenta del Congreso, tiene la llave para que las fechas de investidura de Mariano Rajoy cuadren en su objetivo de mantenerse en Moncloa. Fuentes parlamentarias afirman que el presidente en funciones lleva días elaborando el discurso para la ceremonia. Si el gallego diese el paso adelante es porque cuenta con una mayoría que le garantice el éxito. Y el día que decida su exministra de confianza para el pleno puede ser sintomático del tiempo que estima Rajoy que le falta para que las presiones por los presupuestos y el déficit convenzan a Ciudadanos del 'sí' y al PSOE de la abstención. 

Entre este martes 26 y jueves 28 el rey Felipe VI celebrará la ronda de consultas para encontrar candidato a presidente. Rajoy cerrará las reuniones a las 17h del jueves, pero aún no ha dejado claro si aceptará el encargo. El presidente del Partido Popular cree en firme que no hay otra alternativa a la suya y ya juega con dos escenarios. El primero es conseguirlo; el segundo, disolver las Cortes Generales en virtud de un dictamen del Consejo de Estado del 26 de junio de 2003, de modo que se convoquen terceras elecciones sin que lo intenten más candidatos. Esto ocurre porque Rajoy no dará el paso adelante si no tiene el escenario bien atado.

En el primer caso, está trabajando "con intensidad" y manteniendo contactos "discretos pero constantes", según reveló la vicepresidenta interina, Soraya Sáenz de Santamaría. De estos diálogos secretos, se ha sabido unos primeros contactos entre el PP y C 's para la elaboración de los presupuestos. Según algunas voces, esta negociación podría ser la contrapartida a la abstención de la formación naranja, y según otras, es la antesala del 'sí' a Rajoy, pues C's ya se habría cobrado con la mesa del Congreso su viraje.

Ante ese escenario, el presidente en funciones ha hablado de su preferencia sobre las fechas de los días 2, 3 y 5 de agosto para la investidura. La opción que contemplan algunos populares es la abstención de los socialistas en la segunda vuelta del día 5, aunque no hay indicios actuales de que se vaya a producir. La segunda vía que se abre para Moncloa es aceptar el encargo de Felipe VI con la idea de que Rivera pueda virar al 'Sí' a lo largo del mes de agosto. Este gesto haría redoblar la presión sobre el PSOE por el incumplimiento del déficit por parte de España y porque ésta se ha declarado en "cierre de cajas". El ejecutivo central ya juega con esta carta.

Santamaría avisó de los perjuicios de alargar la ingobernabilidad en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Los Presupuestos Generales deberían estar aprobados entre el 23 y el 30 de septiembre, situando la fecha máxima de una investidura a finales de agosto, para que estos se puedan hacer en los plazos previstos. Si la ronda del monarca acaba el día 28 de julio y Rajoy acepta, Pastor puede dejar pasar un mes hasta la celebración del Pleno y que se produzca la semana del 23, 24 y 25 de agosto, fecha que circula entre los círculos políticos de Madrid .

El PSOE considera que no es "una amenaza" la cuestión económica, pues durante el mandato de Zapatero no se congelaron las pensiones ni la paga extra de los funcionarios. Ahora bien, la situación financiera es delicada y los socialistas lo saben, porque han pedido la comparecencia del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro en el Congreso para explicarla. El día 27 de julio, justo en medio de la ronda del Rey, la UE decidirá si multa a España, con consecuencias para el Estado del Bienestar.

El juego de López y Sánchez

Pastor podría tener un papel clave a la hora de llevar la investidura a finales de agosto. Convocar la ceremonia es potestad exclusiva del presidente del Congreso. Pero según la ley, no existe un plazo de tiempo concreto entre el nombramiento del Rey y la celebración del pleno. En el artículo 170 del reglamento de la cámara se habla de una "convocatoria automática", mientras la media en tiempos del bipartidismo y mayorías absolutas se había situado en 11 días. Por tanto, existe un pequeño margen de discreción para tomar la decisión.

El precedente lo dio el tándem entre el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el diputado socialista por Vizcaya, Patxi López. López fue el presidente de la cámara baja durante la XI legislatura. En su momento consideró que había que dejar tiempo a Sánchez para las negociaciones y pasó un mes entre el encargo -2 de febrero- y el pleno -2 de marzo-. El PP le acusó de estar alargando los plazos en favor del candidato y le apresuró mediante varias cartas y el registro de una petición en el Congreso para que convocara la sesión entre el 16 de febrero y el 22 de febrero.

La alternativa del Rey

Si Rajoy no aceptara el encargo del monarca, es dudosa la alternativa de enero, donde Sánchez asumió el mandato. Los ánimos en Ferraz son de liderar la oposición y ya han volado todos los puentes con Podemos, quien asegura que no hay mayoría alternativa. No sería descartable que Felipe VI haga como en la tercera ronda de consultas en abril: no nombrar candidato y esperar a que alguien alcance la mayoría y se lo comunique a Pastor, para que el Rey pueda proponerlo. Esto evitaría terceras elecciones, ya que una vez se convoca la sesión, el reloj comienza a contar y en dos meses se disuelven las Cortes.

De la aceptación de Rajoy y de los tiempos de Pastor dependerá la investidura.