Ni una sola alusión a los más de 700 heridos que han resultado de las cargas policiales este 1 de octubre en Catalunya –cuando intentaban votar y proteger los colegios electorales– ha salido de las palabras de Mariano Rajoy durante la lectura de un comunicado sin preguntas este domingo a las 20h de la noche en la Moncloa. Al contrario, el presidente ha desviado la atención mediática anunciando una comparecencia pública en el Congreso, y una rueda de contactos con los diversos partidos, asegurando que tenía el "apoyo sin fisuras" de la Unión Europea porque estaba en juego "la defensa del orden constitucional".

"Hemos hecho lo que teníamos que hacer. Somos el gobierno de España y yo su presidente. Hemos cumplido con nuestra obligación", ha sentenciado Rajoy sobre los intentos del Ejecutivo de detener el avance de la hoja de ruta a lo largo de estos meses. Al respecto, ha afirmado que se había actuado "con la ley y sólo con la ley ante un ataque tan serio como el que se quería llevar a cabo" ha añadido sobre el intento de realizar un referéndum de autodeterminación, que a su parecer no se ha producido, sino que era una "mera escenificación". Y ha zanjado: "Ha ganado la democracia porque ha prevalecido la Constitución".

Sin embargo, sí ha habido palabras expresas para los ciudadanos que han "ignorado" la convocatoria –diciendo que eran una "mayoría" de "personas de ley". "Han dado pruebas de un gran civismo y de un respeto insobornable a los principios que fundamentan nuestra convivencia" ha indicado. Eso lo ha contrapuesto al independentismo, que a su parecer buscaba protagonizar "un proceso que sólo ha servido para plantar división, enfrentar a los ciudadanos, soliviantar las calles y provocar situaciones indeseadas", ha denunciado sin aludir a ninguna de las personas agredidas.

Así las cosas, el cabeza del Ejecutivo ha culpado en todo momento al Govern. Ha dicho que los responsables "son únicamente y exclusivamente los que han promovido la ruptura de la legalidad. No busquen a más culpables, no hay. Han tenido muchas ocasiones para abandonar su objetivo". Segundo, ha afirmado que perseguían "una estrategia contra la convivencia democrática y la legalidad", bajo el argumento de que los representantes catalanes "engañaron" a los votantes invitándoles a participar en un acto "ilegal" y "desarticulado logísticamente" por el Estado. "Entiendo la frustración que sienten y lo lamento", ha añadido.

Ante ese escenario, Rajoy se ha mostrado contundente haciendo una advertencia a la Generalitat. "No se empeñen en el error; renuncien a dar nuevos pasos en un camino que no conduce en ningún sitio" ha avisado ante los rumores de una posible DUI y pidiendo que "mañana mismo" se restableciera la legalidad constitucional. Pero al margen de la zanahoria, el jefe de Gobierno también ha extendido la mano sin descartar al presidente Carles Puigdemont como interlocutor. "Lo digo con toda claridad: yo no cerraré ninguna puerta. Nunca lo he hecho. Siempre he ofrecido diálogo honesto y sincero; pero siempre dentro de la Ley", ha recordado.

Por ese motivo, ha anunciado que este mismo lunes presentaría en el Congreso una petición de comparecencia y también se pondría en contacto con las diversas formaciones políticas para "un futuro a resolver juntos" en alusión al conflicto soberanista. Así, ha cerrado con un agradecimiento "a los partidos políticos, que han mostrado su lealtad con el Estado; a los jueces y fiscales, que han aplicado la Ley sin miedo a los acosos antidemocráticos de que han sido objeto; y de manera muy especial a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a la Policía Nacional y la Guardia Civil," pero no a los 700 heridos.

Y todo eso lo ha expresado ante la vicepresidenta española Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro de Exteriores Alfonso Dastis, el portavoz y ministro de Educación Íñigo Méndez de Vigo, los secretarios de Estado Roberto Bermúdez de Castro y José Luis Ayllón, que le han acompañado a lo largo de toda la jornada en el complejo de la Moncloa.