Mariano Rajoy intenta estirar la Constitución para disipar el miedo a perder el control del Gobierno. El presidente en funciones no quiere fracasar en la investidura, lo que llevaría a Pedro Sánchez a ser la única alternativa a la convocatoria de unas terceras elecciones. Por ello, ha ideado la fórmula del 'Sí' a buscar apoyos, pero 'Quizás' a ir a la ceremonia, abriendo un debate sobre la constitucionalidad del hecho. Impasible, Rajoy sabe que Ana Pastor puede blindar la jugada como presidenta del Congreso: ella tiene la potestad exclusiva de convocar el Pleno.

"La Constitución ordena el debate parlamentario, en el sentido de disciplinar" decían fuentes de Moncloa a El Nacional tras el Consejo de Ministros. Hacían referencia al artículo 99.2 de la Carta Magna, que dicta lo siguiente: "El candidato propuesto expondrá ante el Congreso el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara". El presidente no se siente pues, obligado a acudir al Pleno, y consideran que la Constitución sólo detalla una sucesión de hechos. Eso, mientras el gobierno no responde en privado si la pirueta legal tiene un origen en algún informe del Consejo de Estado.

La jugada sí tiene razón de ser en el escenario político. Rajoy no ha sumado ni un diputado a sus 137 después de las reuniones con la oposición. La estrategia de recibir el 'Sí' de Ciudadanos –y forzar así la abstención del PSOE– saltó por los aires definitivamente con el procesamiento del PP por la destrucción de los ordenadores de Bárcenas. Así las cosas, en Génova esperaban que el monarca no les diera el mandato. "No tendría sentido" decían. Pero el gallego no quería decir 'no' a Felipe VI por segunda vez, puesto que tras el 20 de diciembre fue muy criticado por ello.

El detonante para encontrar esta fórmula intermedia podría haber sido que Pedro Sánchez quedara como la única alternativa a Rajoy. Incluso, que éste pudiera quitarle el encargo sin éxito. El socialista había jugado durante de todo el último mes con la ambigüedad sobre presentarse a la investidura, y la redobló durante la rueda de prensa de después de encontrarse con Felipe IV. "Sólo se puede hacer una pregunta" decía Sánchez para esquivar a los informadores.

Rajoy debió verlo. Durante la comparecencia en Moncloa llegó a bromear con los periodistas "si quiere puede hacer dos preguntas". Allí expuso su "intento" de formar gobierno, pero con la casi certeza de rechazar la petición del monarca si no logra el éxito. La estupefacción de los asistentes llevó al gallego a buscar la aprobación de su equipo. Miraba inquieto a la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, y a la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, sentadas frente a él.

El comunicado de la Casa Real nombrando al candidato es exactamente el mismo que en el caso de Pedro Sánchez. La indignación del PSOE no se ha hecho esperar. Por un lado, creen que el gesto es inconstitucional. Y por otro, recuerdan al PP que ellos los apresuraron para que el entonces presidente del Congreso, Patxi López, convocara en el menor tiempo la ceremonia de Sánchez. López aprovechó el pequeño margen de discreción que le dejaba el reglamento de la cámara para dar 15 días al candidato, mientras éste buscaba con Podemos y Ciudadanos un acuerdo.

Este es el precedente al que apeló Santamaría para tomarse ahora ellos su tiempo. Como explicaba El Nacional hace unas semanas, el papel de Ana Pastor será clave para convocar el Pleno, pues tiene la potestad exclusiva. Sin embargo, Rajoy se siente ahora con más legitimidad con el encargo, y cree que a partir del martes la situación podría cambiar porque se encontrará con Sánchez y Albert Rivera.

Estos no quieren moverse de sus posiciones y la vicepresidenta advirtió que entonces Rajoy tal vez no iba a la ceremonia. "Antes de la coherencia jurídica está la política y la personal" dijo. Santamaría aludía a la "responsabilidad" y ello conlleva que el presidente presionará a sus rivales con los Presupuestos, que deberían estar aprobados antes del 23/30 septiembre. Ello coloca así la fecha máxima de la investidura a finales de agosto: 22, 23, 25.

Los catedráticos evalúan

Existe diversidad de opiniones entre los expertos sobre si Rajoy debe ir a la investidura. Yolanda Gómez, catedrática de la UNED defiende que el mandato del Rey es que vaya. Gómez afirma que en el ordenamiento jurídico español el Rey no encarga formar Gobierno, sino ir al Congreso para pedir su confianza para formarlo. Su homólogo, Roberto Blanco Valdés de la Universidad de Santiago de Compostela, cree que Rajoy tiene que ir: "el artículo no dice: 'podrá exponer', dice 'expondrá', que es una norma de derecho necesario que no ofrece lugar a dudas ", reitera.

Diferente piensa Ángel Rodríguez, de la Universidad de Málaga. "Me resisto a creer que el Rey pueda imponer a un candidato que haga algo contra su voluntad", argumenta. Rodríguez recuerda que también en enero pasado hubo quien creía que Rajoy no podía declinar. Es decir, que si lo hizo antes de que el monarca le pidiera, lo puede hacer después. También lo cree el ministro de Justicia, Rafael Catalá. "No hay inconstitucionalidad en intentar conseguir la mayoría y transmitirle al Rey que el encargo es imposible" indicó.