El papel que está jugando tanto el PSC como su primer secretario, Miquel Iceta, en la actual fase de la situación política en Catalunya —con las elecciones del 21-D y todavía con cuatro presos políticos y parte del Govern en el exilio— no gusta a la periodista Pilar Rahola, pero no únicamente desde la discrepancia política, sino también desde una dimensión humana.

Así lo explica Rahola en su columna "La displicencia", publicada este viernes en La Vanguardia, donde lamenta especialmente la actitud del PSC y de Iceta "ante la situación de los presos políticos", ya que, aun entendiendo el tacticismo político que puede explicar el posicionamiento de los socialistas catalanes e incluso "las enormes presiones de todos los poderes fácticos del Estado" para conseguir el aval del PSC a la aplicación del artículo 155, la periodista va un paso más allá de la "disconformidad severa con el papel del PSC" para asegurar que lo que le entristece es la "displicencia ante el sufrimiento de los presos y sus familias".

En este sentido, Rahola reprocha a Iceta que no haya tenido "ni una sola palabra de empatía, ni un gesto de apoyo, ni una mínima incomodidad". "Al contrario —prosigue Rahola—, baila, ríe, explica su inmensa felicidad al mundo y se ríe de los adversarios". "No sé a ustedes, pero a mí no me ha fallado el político. Me ha fallado la persona", remacha Rahola.