Los incidentes que han pasado estas semanas en la ciudad de Barcelona han generado más preguntas que respuestas, así como algunas de las personas que los han protagonizado, con la cara tapada. "No hace falta quemar todos los contenedores, pero sí hacer acciones contra las fuerzas de ocupación". "El sábado muchos estábamos allí con gafas y pañuelos para protestar, pero se nos dijo que no nos tapáramos la cara", explicaban en una entrevista en ElNacional.cat.

Además, ellos mismos detallaban que el hecho de taparse la cara está justificado porque después vienen las identificaciones y posteriores detenciones. ¿Pero de dónde sale todo? ¿Se puede comparar con otros hechos que pasan en el mundo? Según el historiador, escritor y profesor de la Universitat de Barcelona Rodrigo Vescovi, la respuesta es que sí. "Ahora mismo se están produciendo dos tipos de movimientos en el mundo", expone.

"Unos van contra el deterioro de las condiciones de vida, contra el capitalismo. Entre estos ejemplos podríamos encontrar Chile, Ecuador, Líbano, Irak y Haití. Subida del transporte, impuestos...", detalla. "Eso al cabo de un tiempo puede comportar una serie de discriminaciones y muertos, derivados de esta misma causa. Un impuesto o una medida injusta puede llegar a causar muchos más muertos que los que puedan haber en una revuelta".

EL NACIONAL vía layetana 26 O 3 Sergi Alcàzar

De esta manera, subraya que algunas de las protestas han tumbado medidas de los gobiernos que a su vez estaban propuestas por el FMI. "Es normal que desde otros países se entienda que el hecho de salir a la calle sirve, incluso protestar con disturbios".

"Lo que pasa en Catalunya no se puede decir que sea un movimiento anticapitalista, pero puede derivar en eso buena parte de él", explica el profesor, con las revueltas de 1968 en la cabeza. "Hoy por hoy, es un movimiento contra ciertos políticos. Lo que pasa aquí nace por la independencia y lo que se cree que es una injusticia". "Se busca, precisamente, reclamar lo que se cree que es justo pero desde una heterogeneidad muy grande".

Así, argumenta que "muchos de los que protestan ya no tienen la independencia como horizonte porque piensan que, en un estado catalán, también tendrían que luchar contra la injusticia social y para la transformación social".

De hecho, desde el colectivo Generació Primer d’Octubre insistían precisamente en esta idea, la de ir más allá de la independencia. "Se tienen que vincular las reivindicaciones estudiantiles con la independencia, asociar la República catalana con mejores oportunidades para todo el mundo. Somos la generación mejor preparada y la que peores perspectivas de futuro tendrá. Algunos compaginamos dos trabajos con la universidad". Y ponían énfasis en el hecho de estar "hartos de todo".

ELNACIONAL manifestación Via Laietana CDR 26 O Sergi Alcàzar (6)

Una generación que no se siente representada por la clase política actual y que pide hechos. Hay que "hacer acciones contundentes". "La gente ya no compra el discurso de 'somos gente de paz'", recalcaban.

Y Vescovi puntualiza: "En todos lados, una parte de las movilizaciones a priori reformistas se radicaliza". Y pone Hong Kong, Bolivia, Venezuela y Nicaragua como ejemplos, en este sentido. "Buena parte de estos movimientos van más allá, están centrados en el sistema de vida, y por lo tanto, se parecen más a lo que pasó el año 68 en la ciudad de Praga. Y si le sumamos los estallidos contra recetas capitalistas en Ecuador, Chile o Líbano ya tenemos un nuevo 68 a la vista, es decir, una nueva sacudida histórica en el mundo", concluye.