El espacio que representa JxCat intenta ordenarse. Por enésima vez. Esta vez lo hace con las lecciones aprendidas en las últimas contiendas electorales, con la constatación de que su líder, el president Carles Puigdemont, conserva la capacidad de atraer el voto en las urnas y con una profunda irritación con ERC por la forma como se desarrolló la constitución de los nuevos ayuntamientos de este sábado.

El enfado con los republicanos ha protagonizado la reunión que celebra cada lunes la cúpula de JxCat, y en la cual han intervenido desde Puigdemont por videoconferencia y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, hasta los consellers Damià Calvet, Miquel Buch y Àngels Chacon, y los responsables del grupo parlamentario y la cúpula del PDeCAT.

JxCat responsabiliza a ERC de la pérdida de 28 de los municipios donde había conseguido la victoria, mientras que asume haber hecho lo mismo en 7 casos. Para el grupo de Puigdemont han resultado especialmente dolorosas las pérdidas de las alcaldías de Sant Cugat -donde los republicanos junto con PSC y CUP han desbancado a su candidata, que había obtenido una victoria clara-; Tàrrega -dónde se ha dado el mismo caso con un acto entre ERC y PSC-; y Figueres -dónde también un acuerdo en que intervienen ERC y PSC ha apartado JxCat a pesar de haber ganado los comicios.

De hecho, algunos de estos gobiernos locales de los que se han visto descabalgados han afectado a consistorios en los que desde JxCat se asegura que había un acuerdo específico con ERC para respetar el resultado. La conclusión es que la relación con los republicanos está en este momento en horas muy bajas. El portavoz del grupo en el Parlament, Albert Batet, no ha dudado esta mañana en reclamar una "autocrítica" al independentismo  y reprochar a los republicanos que la estrategia de ampliar la base con los comunes no ha dado los resultados esperados.

Encuentros en Bruselas y Waterloo

En este contexto, habrá una reunión este martes en Brusselas de Puigdemont, con responsables del grupo y del Govern, con alcaldes, como Marta Madrenas, alcaldesa de Girona, y representantes de algunos de estos consistorios que se han visto apartados de la alcaldía por los acuerdos de los republicanos con el PSC.

Pero el debate en JxCat no es sólo puertas afuera. El espacio que encabeza Carles Puigdemont mantiene pendiente la necesidad de coordinar las relaciones con el PDeCAT para evitar las chispas que surgen periódicamente en la relación entre las dos siglas. Esta misma semana, Puigdemont mantendrá una reunión en Waterloo con el expresidente Artur Mas para intentar acordar la fórmula para coordinar los dos espacios y superar los recelos entre sectores de las dos siglas.

Fuentes de JxCat y PDeCAT coinciden en asegurar que en este momento Puigdemont y Mas mantienen una muy buena sintonía. "Van a la una", asegura a El Nacional un miembro de la cúpula de JxCat.

El liderazgo de los dos políticos en los respectivos espacios tendría que ser la clave que permita cerrar un acuerdo para superar las diferencias internas. Con todo, las versiones sobre el camino a seguir son múltiples. Hay quien habla de "subsumir" una fuerza en la otra, integrar, sumar... Este lunes una información de El Punt Avui hablaba de "unificar". No obstante, el resultado es que el PDeCAT tendría que sumarse a las siglas de JxCat y acabar con los conflictos internos provocados por la relación entre las dos marcas.

La voluntad, según estas fuentes, es que la coordinación sea posible a pesar de las reticencias expresadas por el sector de PDeCAT más próximo a la ex-coordinadora general del partido, Marta Pascal. El objetivo es conseguirlo evitando que se produzca ninguna escisión interna. En este punto, el apoyo de Puigdemont entre la militancia del partido y el ascendiente de Mas dentro del PDeCAT resulta fundamental.