El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, han mantenido este lunes una reunión en el Palau de la Generalitat antes del homenaje institucional a las víctimas del atentado de ETA a Hipercor. Previamente al encuentro oficial, los dos dirigentes también han comido juntos en Barcelona.

Este encuentro llega en un momento en que las direcciones de los dos presidentes son totalmente opuestas. Por una parte, Puigdemont se ha enfrentado al gobierno de Rajoy para celebrar el referéndum de independencia, mientras que el partido del lehendakari, el PNV, dio el apoyo necesario para la aprobación de los presupuestos del Estado.

A diferencia de otras entrevistas con presidentes autonómicos, no ha habido ninguna comparecencia posterior, ni conjunta ni individual. La única información del contenido del encuentro ha trascendido a través de un comunicado de la Generalitat.

Según el texto, los dos presidentes han constatado las dificultades de avanzar ante la "estrategia de quietud" del Gobierno español ante las demandas de autodeterminación de Catalunya y Euskadi, ya que "el Estado de las autonomías no es suficiente". Además, han compartido la opinión de que el actual modelo territorial es "insatisfactorio" en cuanto al reconocimiento de las "realidades nacionales".

También han rechazado "la apelación permanente a la legalidad constitucional", ya que, "no se basa en una unión voluntaria" y, en todo caso, tiene que servir para resolver problemas políticos. "La legalidad no puede ser un corsé que ahogue las aspiraciones democráticas de los pueblos", asegura el texto.

El comunicado explica que mantendrán una "relación periódica" en la que contemplan posibles vías de acción conjunta.