El paso a paso es la consigna que los últimos días se ha impuesto Junts per Catalunya. No hay prisa. Aunque el juez del Supremo Pablo Llarena rechace en las próximas horas la posibilidad de que Jordi Sànchez pueda ser investido, el president Carles Puigdemont no tiene intención de precipitar ninguna respuesta de manera inmediata. Hay tiempo. Así lo han reiterado las últimas horas los responsables del grupo consultados.

La investidura de Sànchez está convocada para este viernes, pero el debate no se hará si no hay autorización de Llarena. Eso no evitará que, en caso de que el pleno no se pueda celebrar, los diputados independentistas denuncien de nuevo que se haya cerrado sus derechos a un parlamentario. Especialmente después de que el Comité de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas reclamara al Estado español las "medidas necesarias para asegurarse que Jordi Sànchez pueda ejercer su derecho político".

El viernes, sin embargo, no habrá ningún plan D sobre la mesa. El vicepresidente primero del Parlament, Josep Costa, lo admitía públicamente este miércoles en una entrevista en La Xarxa. "No tenemos que hacer el automatismo de si no nos dejan investir a un candidato proponer otro, sino que hay que hacer una reflexión más profunda". La reflexión se tiene que empezar a plantear la próxima semana cuando el grupo parlamentario tiene previsto celebrar una reunión con el president Puigdemont en Berlín. La convocatoria era para el lunes pero todavía no se ha cerrado el calendario.

Este fin de semana habrá, además, otras citas importantes. El domingo hay prevista una gran manifestación en Barcelona convocada por la ANC y Òmnium para denunciar que Jordi Sànchez y Jordi Cuixart llevan seis meses en la prisión. La manifestación servirá para coger el pulso al estado de ánimo del independentismo en la calle. La convocatoria es al mediodía, y por la noche Puigdemont será entrevistado en TV3.

De momento, el único hilo argumental que ha aportado los últimos días JxCat es que Puigdemont no ha renunciado a optar a la presidencia y no tiene ninguna intención de abandonar su acta de diputado. Así lo dejó claro el mismo president en la rueda de prensa que protagonizó el sábado en Berlín donde aseguró que no renuncia a nada.

Una parte importante del grupo parlamentario no ha aceptado aun que Puigdemont retirase su candidatura, aunque fuera de manera provissional. De hecho, el grupo no ha acabado de digerir que el presidente del Parlament, Roger Torrent, suspendiera en el último momento el pleno de investidura de su cabeza de lista el pasado 30 de enero.

El apoyo con que JxCat ya sabe que cuenta es el de la CUP. Los diputados Carles Riera y Maria Sirvent viajaron el miércoles a Berlín para comunicarle personalmente al president que se abstendrán si se somete a votación la candidatura de Sànchez, pero votarían a favor de la de Puigdemont.

Los diputados de JxCat tramitaron en solitario a principios de febrero la reforma de la ley de Presidencia para hacer posible su investidura a distancia y para garantizar que el president y los consellers puedan asumir los cargos desde el exilio. El martes se aceptaron a trámite las enmiendas. En menos de un mes la reforma puede estar terminada, aunque la oposición recurra com ha anunciado al Consell de Garantías Estatutàries.

Con el cronómetro en marcha desde la primera votación de investidura de Jordi Turull, el plazo para investir un presidente acaba el 22 de mayo. No hay prisa.