El president, Carles Puigdemont, no tiene intención de que se reproduzca el complejo proceso de investidura que se vivió después de las elecciones del 27-S, que culminó con el paso a un lado de Artur Mas y su designación como jefe del ejecutivo en el último momento. Esta vez, su voluntad es ser investido president sin agotar los plazos y en primera vuelta. Es decir, a finales de este mes de enero.

Así lo ha comunicado tanto a los negociadores de ERC como a los de la CUP en la primera reunión que ayer y hoy ha mantenido con los dos grupos en Bruselas. La intención que ha transmitido a los dos grupos es que hay que restablecer los miembros del Govern y la Mesa del Parlament tanto como sea posible, excepto aquellos casos en que los afectados declinen repetir en el cargo. Eso incluye también a los consellers exiliados con él a la capital belga.

El presidente español, Mariano Rajoy, ha convocado el pleno de constitución del Parlamento para el 17 de enero. El Reglamento fija que el pleno de investidura se tiene que celebrar en los diez posteriores. Para ser investido en primera votación se requiere mayoría absoluta de los votos. En caso contrario, se convoca un segundo pleno dos días más tarde en que es suficiente la mayoría simple. Si tampoco entonces consigue ser investido, se abre un periodo de dos meses para conseguir los apoyos necesarios, transcurridos los cuales se convoca de nuevo elecciones.

Esta mañana ha sido el cabeza de lista de los cupaires, Carles Riera, y las miembros del secretariado, Natàlia Sànchez y Núria Gibert las que se han reunido con Puigdemont. Ayer fueron los republicanos Pere Aragonès, Roger Torrent y Jordi Bacardit, jefe de gabinete de Marta Rovira, los que acudieron a la capital belga.

En nombre de Junts per Catalunya acompañaban a Puigdemont, Elsa Artadi, Jaume Clotet, Miquel Àngel Escobar, Eduard Pujol y Albert Batet.

Fuentes de las conversaciones aseguran que se trataba de una primera toma de contacto después de las reuniones previas hechas en Barcelona. No se ha hablado, según estas fuentes, de quien tiene que formar parte de la Mesa, aunque sí se ha fijado que dos miembros corresponderán a Junts per Catalunya, dos a ERC, dos a Ciutadans y uno al PSC.

Aunque la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha expresado la voluntad de no continuar en el cargo, no está del todo descartado que lo asuma de nuevo, siempre con la mirada puesta en la voluntad de restaurar la situación previa al 155.

Por la misma razón, fuentes de JuntsxCat, apuestan por agotar vías alternativas antes de que los consellers exiliados tengan que renunciar a sus escaños para poder ser sustituido y evitar quedar en minoría en el pleno de constitución del Parlament. De hecho, en los próximos días empezarán las conversaciones con los Comuns de Xavier Domènech para saber si tienen intención de alinearse con el bloque que integran Ciudadanos, PSC y PP. Si los Comuns se desmarcan del voto de las formaciones unionistas, no peligraría la mayoría independentista y no haría falta que los consellers dimitan.

La intención es evitar tener que hacer movimientos que se interpretan como una "autoinculpación". "No aceptamos el 155. No podemos. Es el gobierno español quien tiene que poner los mecanismos que garanticen que los diputados puedan hacer su trabajo", asegura una fuente presente en las conversaciones que considera que los diputados encarcelados, una vez escogidos, tienen que poder desplegar su actividad parlamentaria, que no se limita a acudir a los plenos.

El president ha aprovechado también la reunión para exponer las opiniones que le han hecho llegar gobiernos europeos e instituciones sobre la lectura de los resultados del 21-D, según las cuales, consideran que "Rajoy no ha conseguido lo que se proponía".