El president en el exilio, Carles Puigdemont, ha aprovechado este jueves su intervención desde Ginebra en el Crans Montana Forum para lanzar un toque de atención a la UE, cinco días antes de la constitución de la Eurocámara. Puigdemont ha advertido que la situación política que se vive en el Estado español, a raíz de la existencia de presos políticos y exiliados, confronta a Europa a un "verdadero test de resistencia de su democracia", que tendrá un momento clave el martes próximo en Estrasburgo con la constitución de la Eurocámara.

Puigdemont, que ha dejado claro que hablaba como político exiliado pero también como diputado electo, ha advertido que su presencia y la de Oriol Junqueras y Toni Comín en la constitución del nuevo Parlamento será importante para él pero más importante todavía para la democracia europea, porque enviará un mensaje al mundo: "que a pesar de la divergencia política hay por delante de todo una cosa más importante, que es la voluntad del pueblo".

En el acto inaugural del foro, donde Puigdemont ha sido presentado como exiliado, el president ha denunciado la existencia de nueve presos políticos, entre los cuales la expresidenta del Parlament y parte de su gobierno, acusados de rebelión por haber organizado un referéndum en el 2017.

Ha recordado que el grupo de trabajo de detenciones arbitrarias de las Naciones Unidas ha hecho pública una resolución denunciando la violación de derechos fundamentales que eso representa y reclamando la libertad inmediata de los encarcelados, però que la respuesta del Estado español ha sido no respetar el dictamen.

"El problema es que todo eso pasa ante el silencio de la UE. ¿Se pueden imaginar qué diríamos si el país que violara esta resolución fuera un país no europeo?", ha reprochado.

El president ha recordado que aunque fue escogido, al igual que Junqueras y Comín, como diputado del Parlamento Europeo, las autoridades españolas han decidido que el martes ninguno de ellos podrá estar presente en la constitución del pleno porque han decidido no inscribir sus nombres en el listado de diputados electos con el argumento que no habían jurado presencialmente la Constitución en Madrid. Ha añadido, sin embargo, que Junqueras no obtuvo permiso para salir de la cárcel y ir al Congreso, mientras que a él se le avisó de que sería detenido si acudía.

Puigdemont ha recordado que el tratado de Lisboa sitúa a los diputados como representantes no de los Estados sino de todos los ciudadanos europeos, y ha explicado que había enviado cartas al Parlamento ante la violación de sus derechos fundamentales pero había recibido como respuesta el silencio, "en la línea habitual".

Por esta razón, ha advertido del riesgo de dejar fuera del Parlamento a dos millones de ciudadanos europeos, y de enviar el mensaje que los Estados pueden impedir el acceso a la Cámara de la disidencia política y que el voto de los ciudadanos que votan por la independencia o por ideas diferentes a las dominantes valen menos que el del resto de votantes.

La conclusión és, según Puigdemont, que lo que se decida en relación a Catalunya afecta a toda la UE, que tiene ahora la posibilidad de recuperar la credibiitat o bien seguir debilitando su autoridad moral.