El president en el exilio, Carles Puigdemont, ha propuesto públicamente "la creación de una mesa entre las fuerzas independentistas donde se decida el contenido y los acuerdos de la mesa de negociación con el Estado" que contempla el pacto de PSOE y ERC para la investidura de Pedro Sánchez. El objetivo de la iniciativa es revertir lo que describe como un "error" por la ruptura del consenso independentista que comporta el acuerdo entre socialistas y republicanos.

Esta es la primera valoración pública que hace el president sobre el acuerdo conocido ayer para la creación de una mesa de diálogo entre el Gobierno del Estado y el Govern de la Generalitat para la resolución del conflicto político y que provocó una intensa respuesta desde las filas de JxCat y del mismo presidente, Quim Torra.

Puigdemont ha advertido, a través de Twitter, que hasta ahora las etapas decisivas del procés independentista habían sido "compartidas y decididas en medio de un consenso muy amplio", pero que con el acuerdo a que han llegado PSOE y ERC para la abstención de los republicanos en el debate de investidura, esto "ha dejado de ser así", lo cual, ironiza, ha otorgado una nueva oportunidad "a los teóricos de la desunión".

El president expresa en sus tuits todo el respeto por el acuerdo de investidura pero reclama también el respeto para aquellos que muestran reservas. "No somos menos maduros y menos dialogantes por el hecho de que pensamos que los acuerdos con nuestros represores tienen que poder ser planificados y trabajados conjuntamente", añade.

Puigdemont, que reclama un espacio compartido donde todos los actores, también los críticos, puedan participar en las decisiones estratégicas, no rehúye la disputa que se desató ayer entre las filas de JxCat y ERC a raíz de las críticas a este pacto. Considera que el discurso crítico con el acuerdo de los republicanos, que enmarca como "estrategia de partido", por parte de los que privilegian la estrategia de país es respetable y no convierte en "señalizador de traidores".

De hecho, dedica un dardo, sin citarlo explícitamente, al líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, que ayer se convirtió en uno de los protagonistas de los reproches entre las dos fuerzas independentistas. "Sé lo que es que te acusen de traidor o de venderte por 155 monedas de plata sólo por plantear unas elecciones a cambio de parar el 155. No éramos inmaduros entonces ni lo somos ahora", añade.

Respeto y lealtad

En cualquier caso, reprocha no haber sido informados sobre el contenido del acuerdo hasta que este estuvo ya cerrado, y advierte que tendría que haber habido "más respeto y lealtad" si la voluntad era que JxCat participara.

El president concluye reclamando continuar haciendo política "desde el respeto mutuo", fijando de manera compartida las condiciones de una mesa de negociación.