Un local a pie de calle en la Plaça de las Ollas del bullicioso barrio del Born de Barcelona acogerá a partir de finales de este mes de octubre la nueva oficina de los eurodiputados Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí. Se trata de una iniciativa financiada con las aportaciones del Parlamento Europeo con la cual los tres políticos independentistas quieren buscar el contacto directo con sus votantes a pesar de la persecución judicial del Estado.

"Es poner la frontera del exilio en medio de Barcelona", explica el responsable de la oficina, Aleix Sarri. Mientras el Supremo mantiene la presión sobre el exilio y el PP i Vox lo convierte en bandera política, la iniciativa de Junts hurga sin ambages en las contradicciones con que choca la estrategia del Estado que, a pesar de las órdenes de detención no puede impedir que los eurodiputados lleven su trabajo a la calle. Con los eurodiputados en el exilio, serán sus asistentes en la Eurocámara los que se tendrán que encargar del funcionamiento diario junto con un pequeño equipo de apoyo.

La oficina está dominada por la gran pantalla que ha de servir para hacer actos híbridos, presenciales y a distancia / Sergi Alcàzar

El espacio, que Junts anunció hace unas semanas a través de un tuit, ultima todavía los últimos retoques. Se encuentra en los bajos de un edificio singular, que escapó tanto a la destrucción de 1714 como a la batida posterior del barrio de la Ribera que diseñó Prosper van Verboom para construir la Ciutadella.

Los escaparates gigantescos no esconden que antes de convertirse en oficina política, este local era una tienda especializada en moda. En el interior, un espacio diáfano; a un lado, un muro de piedra vista exhibe descarnado la historia del edificio; en el otro una pared negra y una puerta de madera reciclada; en medio, presidiendo el local, una gran pantalla, imprescindible para permitir la presencia de los titulares de la oficina.

No hay todavía ningún símbolo político ni ninguna imagen que indique la nueva función que tendrá este espacio. De hecho, todavía quedan rastros del anterior negocio, en el cartel de outlet de uno de los escaparates o en los restos de la imagen publicitaria todavía a medio arrancar con qué el visitante se tropieza a penas entrar. Las herramientas y la escalera de los operarios recuerdan que el trabajo todavía está en progreso.

Mensaje para el exilio

Lo que sí está ya a punto es un libro negro sobre un atril que con letras doradas invita a dejar un MENSAJE PARA EL EXILIO. También dos butacas de madera y mimbre que reproducen el diseño hecho para el Pabellón de la República del año 1937 desde donde se exhibió en París el Guernica de Picasso o el Segador de Joan Miró.

Natàlia Rodríguez, asistente de Toni Comín, explica que la oficina se inspira en la tradición anglosajona de los constituency, que los británicos trasladaron a la UE y que sirve para acercar a los diputados a los votantes sus territorios.

Actos híbridos

La voluntad es que cualquier ciudadano o entidad que lo quiera se pueda acercar para buscar explicaciones sobre el trabajo de Junts en el Parlamento Europeo o para expresar sus dudas o quejas, para que sean vehiculadas en la Eurocámara.

Una vez al mes se convocarán actos públicos, serán actos inevitablemente "híbridos", con intervenciones presenciales en Barcelona, y desde Bruselas o Estrasburgo a través de la pantalla, visitas al territorio en formato virtuales. El objetivo, insisten, es acercar a los representantes políticos forzosamente distanciados de aquellos que los votaron. "No podemos permitir que la represión nos impida hacer nuestro trabajo", conclou Sarri.