Ni Rey, ni Constitución, ni Estatuto, ni instituciones. El president Carles Puigdemont ha prometido el cargo “con fidelidad a la voluntad del pueblo de Catalunya representado por el Parlament”. Y punto. Esta ha sido la fórmula que ha pronunciado la presidenta de la Cámara catalana, Carme Forcadell, en una ceremonia de relevo en la presidencia, breve pero repleta de mensajes y toques de atención, tanto en el discurso del presidente entrante como en el del saliente, Artur Mas.

Ni el ministro Jorge Fernández Díaz ni la delegada del Gobierno, María de los Llanos de Luna, han aplaudido cuando Puigdemont ha prometido el cargo.

Tampoco han aplaudido cuando han escuchado al president Mas, afirmando que él sí agradece “los servicios prestados”. “A todo el mundo”. Era la respuesta de Mas al decreto de cese firmado por el Rey, Felipe VI, en que se ha evitado incluir la siempre presente fórmula de agradecimiento a los servicios prestados, como avanzó El Nacional la noche de este lunes.

El ministro y la delegada han evitado igualmente sumarse a las ovaciones cuando ha acabado el acto, aunque finalmente sí que se han puesto en pie. Tras la presidencia, en el lugar que hace unos años había ocupado el retrato del rey Juan Carlos y un adolescente príncipe Felipe, hay desde el año 2012 una cortina negra.

Ahogados y humillados

La del nuevo presidente no ha sido precisamente una intervención protocolaria. Ha asegurado que no perderá nunca de vista las esperanzas de la gente, sus derechos, la calidad de los servicios, el compromiso con la solidaridad... pero que todo eso no podrá tener respuesta sin las herramientas necesarias. “Estamos ahogados y humillados”, ha reprochado.

Puigdemont que ha asegurado que asume el cargo con gran responsabilidad y honor y sintiéndose deudor de la dignidad que recibe –"especialmente del presidente Mas"–, ha manifestado que "venimos de un viaje muy largo", pero "estamos más esperanzados que nunca".

Lo haremos muy bien

También ha dejado claro, sin embargo, que “no lo podemos hacer de cualquier manera". Es más, no permitiré que se haga de cualquier manera. Lo haremos muy bien”, ha asegurado.

El 130 presidente de la Generalitat, investido el domingo tras el acuerdo entre JxSí y la CUP, se ha comprometido a desplegar el plan de gobierno y garantizar la solvencia jurídica de todas y cada una de las decisiones. A estabilizar y a serenar. A mantener las mayorías que permitan trabajar en el gobierno con máximo respeto y serenidad. Y con diálogo. “Nada me motiva tanto como poder responder a las expectativas de la gente”, ha asegurado.

“Soy falible pero insobornable”, han sido sus últimas palabras citando Gaziel y levantando una ovación del público, mientras gritaba un "Visca Catalunya!".

Montilla y Maragall

Una expectación enorme dentro y fuera del Palau. Con la plaza Sant Jaume donde han ido desfilando las autoridades, incluido los expresidentes José Montilla y Pasqual Maragall, así como los miembros del gobierno saliente y los que el jueves tendrán que tomar posesión.

Abucheos de la plaza

Gritos de independencia y abucheo a los dirigentes políticos estatales como Jorge Fernández y Llanos de Luna. Uno de los primeros en abandonar el palacio ha sido el líder del PSC, Miquel Iceta, que también ha sido abroncado.

No estaba presente la líder de la oposición, Inés Arrimadas, pero sí Carlos Carrizosa, mientras que por parte del PP catalán han asistido al acto Enric Millo i Santi Rodríguez.