Objetivo: que los tres exiliados de Junts per Catalunya que van en la lista de las europeas consigan escaño. No hay muchas dudas sobre que Carles Puigdemont obtendrá asiento en el Parlamento Europeo y las últimas encuestas dan también opciones a Toni Comín, el número dos. Mucho más complicado e improbable parece que la tercera de la lista, la exconsellera de Educación Clara Ponsatí, consiga plaza de eurodiputada.

Los tres han protagonizado este sábado un mitin en Bruselas, acompañados del resto de miembros de la candidatura. Desde el corazón de Europa, Puigdemont ha querido dejar claro que ninguno de ellos fue al exilio "para defender la hegemonía de un color político, creo que lo hemos demostrado".

A lo largo de esta primera semana de campaña, la candidatura que encabeza el expresident insiste en la necesidad de dar la confianza a los candidatos exiliados para que puedan hacer oír la voz del independentismo desde dentro de las instituciones europeas. Es decir, seguir con la tarea de internacionalización de la causa catalana que han venido haciendo desde el último año y medio, pero ahora con la fuerza que les daría ser eurodiputados. Puigdemont lo ha sintetizado en una frase, "necesitamos entrar en el Parlamento Europeo y decir que somos los del 1-O, que hemos ganado a Catalunya y que escuchen nuestra voz".

Al mismo tiempo, ha querido dirigir un mensaje conciliador con los españoles, que en el caso de las europeas también podrán, si así lo quieren, escoger la papeleta de JxCat -que llevará imprimida la cara de Puigdemont-. "Si ganamos nosotros no es la derrota de España", ha dicho, sino la de un Estado que "se aleja de los estándares democráticos". Por lo tanto, "si ganamos nosotros, España gana", ha afirmado Puigdemont.

Esta es la primera vez después de muchos años que el espacio que ahora ocupa la antigua Convergència se presenta en solitario en las elecciones europeas. Hasta ahora lo había hecho de la mano del PNV. El reto, por lo tanto, es ahora mayor.