Los presupuestos vuelven a ser la prioridad. Después de unos días en que la agenda política ha sido marcada por la cumbre hispanofrancesa, que trajo a Pedro Sánchez y Emmanuel Macron a Barcelona este jueves con la correspondiente respuesta independentista, la pugna entre partidos para articular las cuentas del 2023 vuelven a situarse sobre la mesa. Lo cierto es que la negociación entre el Govern y el PSC se encuentra completamente enquistada por varios puntos. Y ahora mismo, lo que más complica el acuerdo es la demanda socialista con la B-40.

En su lista de prioridades presentada a finales del año pasado, los socialistas exigía al Govern "suscribir en el plazo de dos meses con el Gobierno el convenio donde se establezca la financiación y lo encomienda de gestión a la Generalitat para la redacción y ejecución de las obras" correspondientes al Cuarto Cinturón, así como "incorporar las partidas correspondientes en el presupuesto" de este año. Durante semanas, el PSC ha reiterado que no rebajará sus exigencias y que el ejecutivo tendrá que ceder. Y esta misma semana la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, aseguraba que la B-40 era el único punto que dificultaba el entendimiento definitivo para los presupuestos entre socialistas y republicanos. Inmediatamente después, la portavoz del PSC, Alícia Romero, lo negaba.

La próxima semana vuelve la actividad parlamentaria con la primera sesión plenaria del año. Y el PSC aprovechará este escenario para apretar el Govern precisamente con el Cuarto Cinturón. La formación de Salvador Illa ya ha presentado una moción con la cual quiere que el Parlament inste al Govern a hacer efectivo el convenio de acuerdo y financiación que garantice la redacción del proyecto para la B-40 durante el primer trimestre del 2023, y que también se garantice la ejecución de las obras por parte de la Generalitat. Una iniciativa que previsiblemente contará con el apoyo de Junts, que ha posicionado a favor de la infraestructura en otras ocasiones, y podría sacar adelante si se suman Vox, Cs o PP.

Alícia Romero se ha pronunciado este viernes desde Valls, y ha evidenciado el enroque de los socialistas con esta cuestión. La portavoz ha subrayado, una vez más, que el ejecutivo sepa cuáles son sus condiciones y que no se moverán. "El Govern debe decir si acepta o no las propuestas. Esperamos que pueda encajarlas para que haya presupuestos", ha dicho, repitiendo el mensaje de las últimas semanas. En concreto, la socialista ha recordado que la ampliación de la B-40 ya ha recibido el apoyo del Parlament y también del territorio.

Los comuns intentan marcar el camino

La B-40 también será protagonista en una moción de los comuns. Los de Jéssica Albiach ya han manifestado su malestar con el Govern por la posibilidad de que acabe cediendo ante los socialistas y aceptando su demanda respecto de la autovía, remarcando que están dispuestos a romper su acuerdo con los republicanos si lo acepta. Para intentar marcar el camino, los comuns llevarán al próximo pleno una moción sobre la movilidad en el Vallès en que reclaman que el ejecutivo priorice aquellas inversiones que comporten una reducción de las emisiones de CO₂ y un aumento de la cuota modal del transporte público, particularmente mejorando la conexión de los ferrocarriles.

Desde Sabadell, la misma líder de los comuns ha instado al Govern a "no ceder al chantaje del PSC" en la negociación de los presupuestos, particularmente en cuestiones como la extensión de la B-40 entre Terrassa y Castellar del Vallès. "Obsesionarse con el Cuarto Cinturón, como está haciendo el PSC, es querer volver al pasado", ha dicho Albiach. Por eso se ha dirigido directamente al conseller de Territori, el republicano Juli Fernàndez, quien ha sido alcalde de Sabadell "y es una de las personas que más ha luchado en contra" de la infraestructura para que no acepte "pasos atrás" con este "atentado ecológico".