Mañana es Sant Jordi y, como cada año, el Parlament lo celebra. Y, en el marco de esta Diada, la presidenta de la Cámara catalana ha querido aprovechar para compartirlo con los funcionarios del Parlament. Es por eso que Laura Borràs ha hecho llegar un libro y una rosa a todos los profesionales que trabajan. Un acto de solidaridad y agradecimiento, sin embargo, que no ha sido bien recibido por todo el mundo. De hecho, algunos de los trabajadores de la Cámara han querido manifestar públicamente su descontento con la presidenta Borràs devolviéndole los dos obsequios. El motivo, protestar contra el trato que han recibido por su parte durante los últimos meses.

El rechazo ha sido visible: en la planta baja del edificio del Parlament, en un pasillo próximo a la cafetería, se ha visto una veintena de rosas colocadas en un par de jarrones en el suelo. Además, acompañadas de un cartel en que dice 'rosas devueltas'. Algunos de los trabajadores han explicado a ElNacional.cat que las han dejado, y también han hecho llegar a través de la correspondencia interna el libro poemario Da Nuces Pueris, de Gabriel Ferrater (Pie de Mosca, 2022). Son algunas decenas de funcionarios de varios departamentos de la cámara, y no una acción concreta por parte de un grupo en concreto. El equipo de la presidenta de la cámara ha asegurado a la ACN que no tiene constancia de ninguna queja formal, a pesar de confirmar que ha visto las flores devueltas.

La razón, detrás de todo, es manifestar la molestia que han experimentado durante los últimos meses por parte de Laura Borràs y su trato. Y es que son varios los casos que han irritado a los funcionarios recientemente. La polémica por las licencias por edad, la pérdida del acta de diputado de la CUP de Pau Juvillà, y los trienios han puesto al funcionariado de la cámara bajo la lupa los últimos meses. La presidenta del Parlament, de hecho, responsabilizó a los trabajadores y trabajadoras de la casa de la retirada del escaño de Juvillà, en una sesión en abierto de la Junta de Portavoces, el 14 de febrero.

 

Culpabilizando a los trabajadores

Laura Borràs ya acusó a los funcionarios del Parlament de haber actuado de forma improcedente en el caso de Pau Juvillà: consideró "una anomalía" que funcionarios de la casa actuaran por órdenes de la secretaria general, que obedecía la Junta Electoral Central, sin que la Mesa lo supiera. "No es admisible", advirtió. También criticó a los trabajadores por haber publicado un tuit desde la cuenta oficial del Parlament informando de que se había dado de baja a Juvillà en el Boletín del Parlament, antes de que se hubiera notificado a la Mesa. Ahora bien, después de la intervención de los grupos que le recriminaron haber culpado a los trabajadores, ella aseguró que no ha habido "ningún intento de culparlos", y dijo que si actuaron así fue por miedo al único culpable: la represión del Estado.