La Audiencia Provincial de Sevilla sentará en el banquillo por un presunto delito de violencia de género a David Bravo, exdiputado de Podemos en el Congreso y abogado de la presentadora del matinal de TVE, Silvia Intxaurrondo. El tribunal considera que hay indicios "sólidos" de que Bravo insultó, vejó y maltrató psicológicamente de forma reiterada a su expareja B.B.M., según revela El Confidencial. Su inclusión en el panorama político empezó en 2015, cuando Bravo consiguió un escaño por la provincia de Almería en las generales de 2015, aunque renunció a volver a las listas de Podemos en 2016. Bravo era un conocido abogado experto en propiedad intelectual, y aparte de Intxaurrondo, también ha representado al escritor Máximo Pradera, al activista Rubén Sánchez y al creador de la página de enlaces de retransmisiones deportivas Rojadirecta, Igor Seoane, entre otros. Los documentos judiciales apuntan que el presunto maltrato se produjo durante 2020 y 2021, cuando la víctima estaba embarazada del único hijo que tienen en común, antes y después del nacimiento del bebé.
Las presuntas amenazas
El titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Sevilla, Francisco Manuel Gutiérrez Romero, acordó el sobreseimiento parcial de las diligencias sin tener en cuenta los informes periciales elaborados por organismos independientes que sí que ratificaban los indicios de maltrato y además, ignoró a los testimonios que apuntalaban la denuncia. El magistrado decidió continuar con la causa contra Bravo, pero únicamente como un delito leve de vejaciones. Ahora, la Audiencia ha decidido que Bravo tendrá que sentarse por unos hechos "indiciariamente graves". La resolución judicial, el exdiputado de Podemos habría agredido a B.B.M., aprovechando que ella, que era de Madrid, se había mudado a Sevilla para empezar una vida en común y no tenía ningún apoyo familiar o de cualquier tipo en la capital sevillana. El auto señala que "la presunta víctima, en su declaración judicial, ratificó la denuncia presentada y afirmó que a lo largo de su relación con el investigado, este lo ha amenazado con destruirle la vida diciéndole que lo iba a destrozar porque está sola". Y resuelve que teniendo en cuenta que los delitos de la violencia doméstica y de género "se producen ordinariamente en la intimidad y clandestinidad", su declaración "cuenta con corroboraciones periféricas que le dotan de verosimilitud".
La Audiencia también hace referencia a uno de los testimonios que ha avalado la versión de la víctima, un transeúnte que se la encontró en la calle después de que Bravo la hiciera fuera de casa. "Este hombre no es solo testimonio de referencia de lo narrado por la víctima sobre la existencia de insultos y vejaciones, sino también testigo presencial de la presencia de la denunciante, el día 26 de junio de 2021, en la calle, llorando y perdida, día en que la denunciante le dijo que su pareja la había hecho fuera de casa". Posteriormente, la volvió a echar de casa cuando estaba embarazada, según detallan.
Los testimonios
Entre los testimonios también consta el de la trabajadora de la casa, que explicó que Bravo "alzaba la voz y no hablaba a la denunciante, y cuando esta le hablaba, la ignoraba". Además, aseguró que la veía "nerviosa y descompuesta, bajo su percepción, acorralada". La trabajadora ofreció más detalles sobre otro supuesto episodio de Bravo contra su pareja. Según la defensa de B.B.M., en un ataque de rabia le lanzó a la cabeza un biberón lleno de leche. La mujer consiguió protegerse del ataque porque se escondió detrás de una puerta. La trabajadora del hogar explicó que tuvo que limpiar los restos del biberón y "le preguntó sobre la situación, y B.B.M. no quiso explicarle nada".
Aparte de estas declaraciones, la Audiencia también cuenta con dos informes psicológicos presentados por la víctima, que describen que sufre un "trastorno de estrés postraumático compatible con una situación de violencia de género", y otros dos dictámenes emitidos por la Unidad Integral de Violencia de Género, que depende del Instituto de Medicina Legal. Uno de los informes concluye que "se ha identificado la presencia de indicadores compatibles con la existencia de una relación de maltrato continuado en el seno de la relación de pareja". Y añade que, desde el punto de visto psíquico, "se ha identificado la presencia de secuelas psicológicas consistente en sintomatología de corte postraumático que puede atribuirse a la evolución de su relación de pareja mantenida con el señor Bravo". Con todas estas pruebas, la Audiencia de Sevilla considera que "existen indicios suficientes" para sentar al abogado en el banquillo y "dejar el sobreseimiento sin efecto". Actualmente, B.B.M. tiene la custodia exclusiva del menor y este pasa con Bravo dos fines de semana al mes y parte de las vacaciones de verano. Bravo afirma que tiene pocos ingresos económicos y que solo puede pagar la pensión de alimentos mínima.
Según detalla El Confidencial, aparte de esta acusación por violencia de género, Bravo ha denunciado a B.B.M. por sustracción de menores por no volver con el niño a Sevilla después de un viaje familiar a Madrid. Un juez de Sevilla ha procesado la expareja, pero la decisión está recurrida a la Audiencia de Sevilla. La defensa de B.B.M. alega que no volvió a Sevilla por un ataque de ansiedad, provocado por la situación de violencia que sufría. Y añade que informó al padre del menor de la situación y del lugar donde estaba el menor. La fiscalía da la razón a la mujer y apunta que "se entiende que fue una causa justificada que excluye la comisión del delito, al existir desde el inicio y en la actualidad indicios de una posible situación de violencia de género de la que la ahora querellada pretendía protegerse, provocando la ruptura inmediata y el traslado con su hijo a la casa familiar de sus padres en Madrid".