Cuatro Navidades en prisión. Los presos políticos están entre rejas desde el 2 de noviembre del 2017. Una parte de ellos pasó las primeras fiestas en casa, pero Oriol Junqueras y Quim Forn no salieron aquellas fiestas del 2017, que, además, coincidieron con las elecciones al Parlament.

Es la cuarta Navidad lejos de casa, también, para Carles Puigdemont, Toni Comín, Lluís Puig, Clara Ponsatí y Meritxell Serret, que aquel 2017 se marcharon al exilio.

Cuatro Navidades con un titular propio cada año, que este 2020 está encabezado por las canciones desafinadas de los posibles indultos, la ley de amnistía y la reforma del delito de sedición del Código Penal.

En 2017, con la reciente entrada en prisión, los abogados luchaban por los permisos, que no consiguieron en el caso de Junqueras y Forn. En 2018, los presos políticos encaraban el juicio y los preparativos con sus defensas. En 2019, los trámites para el tercer grado después de la dura sentencia anunciada el mes de octubre. Y este 2020, la carrera para poder salir de la prisión continúa, a pesar de las largas condenas, la sentencia firme, y con un tercer grado revocado por el mismo Tribunal Supremo que los juzgó, condenó y encarceló. El 2021, además, traerá un nuevo Govern a Catalunya. Y estas fiestas se vivirán entre preparativos navideños, trámites para volver a pedir el tercer grado y la convocatoria electoral. A pesar de estar inhabilitados, algunos ya han manifestado que estarán activos esta campaña, aunque a diferencia de las elecciones del 2017 y las municipales del 2019, no van a listas. No pueden. La condena se lo impide.

La mayoría de los presos, sin embargo, han cumplido ya un cuarto de la condena. Este mes de enero, alcanzará el plazo Oriol Junqueras, el último en hacerlo y quien tiene la pena más alta. Y eso les lleva a cada a uno de ellos a tener 36 días de permiso para salir de la prisión durante todo el año. Se los pueden repartir como quieran. Haciendo la media, les tocan tres por mes. Pero Junqueras ya ha dicho que concentrará bastantes para poder hacer campaña.

Una nueva campaña única e inusual, marcada por la excepcionalidad de la Covid-19.

La salida (no) inminente

Hay cuatro llaves que abren la puerta de la prisión. El indulto, la amnistía, la modificación del Código Penal y el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos.

Este 2021, sin embargo, se podría quedar en el año del segundo intento para tener el tercer grado, que se tiene que revisar en el mes de febrero y el cual podría volver a tumbar el Tribunal Supremo.

El indulto está en manos de Pedro Sànchez, única y exclusivamente. Aunque la Fiscalía ya se ha posicionado en contra, y también lo hará el Tribunal Supremo, al final la decisión es del Gobierno. Una decisión política que es necesario que rubrique el rey Felipe VI y que no parece la más realista. Todo dependerá, además, de las posibles y presuntas alianzas políticas y negociaciones que se puedan hacer o se estén haciendo.

La amnistía depende de una ley que se tiene que tramitar en el Congreso y que necesita mayorías para salir adelante. La han pedido, conjurados, los partidos independentistas: Junts per Catalunya, ERC y CUP. Pero nadie mueve ficha.

La modificación del delito de sedición del Código Penal, que sería retroactivo, es una propuesta de Podemos, en el gobierno con el PSOE. Se ha hablado mucho de esto y continúa en el debate de actualidad, pero ninguna formación política ha hecho ningún trámite. También es necesaria su aprobación en el Congreso.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos es la última oportunidad. El TEDH evaluará los recursos para tumbar la sentencia del Tribunal Supremo. Pero no se espera que sea este 2021. Primero hace falta que el Tribunal Constitucional resuelva todos los recursos que se presentaron en el mes de marzo. Se calcula que el TC puede tener atascado el tema hasta dos años. A pesar de todo, la vía de Europa, cuando llegue, es la que se ve más clara para los presos políticos.

De hecho, así se está demostrando con los políticos en el exilio que se mantienen en libertad y con más garantías judiciales en Bruselas, Irlanda y Bélgica.

Abogados desinflados

En cuatro años, la actitud de los abogados también ha cambiado. Refleja el momento que se vive, entre la incertidumbre, la incredulidad y la injusticia. Nada que ver con hace dos años, que preparaban el juicio y todavía creían que su estrategia de defensa, unos más técnica, otros más política, podía hacer tambalear la base de las acusaciones y conseguir una absolución. Todo lo contrario.

Ante el juicio político, los letrados esperan que se agoten los trámites en España para poder llevar el caso a Estrasburgo. Pero tampoco son optimistas de que eso pueda pasar este 2021.

Andreu Van den Eynde, abogado de Oriol Junqueras y Raül Romeva, no quiere ver más allá del momento actual. "Estamos centrados en los permisos. No quiero plantear ningún escenario. Quiero que piensen en empezar a cumplir con la mínima esperanza de salir al exterior", dice el abogado. Junqueras llegará en enero al cuarto de pena cumplida y tendrá los 36 días de permiso al año. Hará campaña porque "el derecho a hacer campaña por un partido no está restringido" por la inhabilitación, explica Van den Eynde.

Andreu Van den Eynde intenta "transmitir mucho realismo" a Junquera y Romeva, y no quiere entrar a valorar si será posible un indulto, la ley de amnistía o la modificación del Código Penal. "Para mí no existe. Es política", dice el abogado.

Joaquim Forn llegó a un cuarto de cumplimiento de la pena el pasado mes de julio. Su abogado Xavier Melero no quiere hacer especulaciones. Ni siquiera se atreve a hacer valoraciones de nada. Tiene la vista puesta en la revisión del tercer grado, que se tiene que hacer en el mes de febrero. Y sobre el indulto sólo recuerda que "la decisión es del Gobierno", mirando de reojo el informe desfavorable que ha hecho la Fiscalía. Sobre el resto, "se puede hacer, más allá que se haga", dice el abogado.

El Tribunal de Estrasburgo, el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, es la única esperanza para salir de la prisión y recuperar la vida, pero para eso todavía falta.

El Tribunal Constitucional tiene que resolver los recursos y antes, las recusaciones de magistrados pendientes. Los presos hicieron el trámite en el mes de marzo, y el TC tiene un margen de entre uno y dos años para posicionarse. Tanto presos como abogados dan por hecho que la decisión no les será favorable. Y será entonces cuando puedan recurrir al TDHE.

100 años de condena y 9.798 días en prisión

Los presos políticos suman condenas de 100 años de prisión entre todos. Desde el inicio del proceso judicial hasta hoy, hace 9.798 días que están entre rejas.

Los que han estado más tiempo encerrados son los Jordis, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, condenados a 9 años de prisión, porque entraron antes. Los dos hace 1.166 días que están en la prisión.

Oriol Junqueras, condenado a 13 años, y Joaquim Forn, condenado a 10 años y medio, son los dos presos políticos que no salieron hasta los primeros permisos. Hace 1.149 días que están en la cárcel.

Dolors Bassa, Raül Romeva, Jordi Turull, condenados a 12 años, y Josep Rull, condenado a 10 años y medio de prisión, suman cada uno 1.040 días en prisión. Ellos, junto con los condenados por desobediencia Carles Mundó y Meritxell Borràs, pudieron salir en diciembre del 2017, aunque volvieron a dictar prisión preventiva durante la investidura fallida de Turull.

Carme Forcadell, condenada a 11 años y medio de prisión, hace 1.008 días que está en prisión. La expresidenta del Parlament fue la última que entró. Su proceso iba en paralelo con el de la Mesa del Parlament hasta que el Tribunal Supremo se quedó su caso y envió el resto de miembros al Tribunal Superior de Justícia de Catalunya.