La separación de poderes en el Estado español es materia de mucha discusión, y el paso que hizo el Gobierno anunciando que participaría en la defensa del juez Llarena en Bélgica sólo sirvió para cuestionarla todavía más.

Ayer, después de presiones por varias bandas, desde vocales del mismo Consejo General del Poder Judicial hasta exitosas campañas ciudadanas, el ejecutivo Sánchez decidió suavizar su posicionamiento sobre lo que ya podemos denominar 'caso Llarena', o sea, la demanda presentada por el president Puigdemont y los cuatro consellers en el exilio ante un tribunal belga.

El jueves por la tarde el ministerio español de Justicia puntualizó formalmente que su intervención en el caso Llarena sería sólo para defender "la soberanía y la inmunidad jurisdiccional de los tribunales españoles" y en ningún caso los "actos privados" del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, instructor de la causa general contra el independentismo.

Una vuelta de tuerca más allá

El mismo hecho de que el Gobierno español se persone como parte en este caso, aunque sea para defender intereses generales, ya pone en duda la separación de poderes, pero la lectura que hace la prensa española va, irremediablemente, una vuelta de tuerca más allá.

"El Gobierno deja solo al juez Llarena ante la Justicia belga", de El Mundo, y "Justicia deja solo a Llarena frente a la demanda de Puigdemont", de La Razón, son las dos aproximaciones a la cuestión que se pueden ver en las portadas de la prensa madrileña de hoy y que dejan claro qué piensan sobre la separación de poderes, mientras que ABC prefiere dedicar portada monográfica a los pactos entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sobre el techo de déficit con el título "Sánchez pasa el rodillo", con una impactante foto de una apisonadora, y El País hace ver que el tema no existe.

 

Resumiendo, para los diarios citados Llarena ha quedado solo y abandonado porque el gobierno español lo ha dejado en la estacada, incapaz de defender a uno de los suyos ante el ogro independentista de Waterloo. O, dicho de otra manera, los mismos que defienden la independencia judicial cuando les conviene, lloran ahora porque le dicen al juez que se espabile como pueda y se responsabilice de sus comentarios privados. Veremos como sale adelante el Llarena solitario el 4 de septiembre en Bélgica, si es que va. Buen viernes a todo el mundo.