Ni siquiera el asalto contra las instituciones de Brasil ha sido suficiente para que el españolismo relaje su obsesión con el independentismo. El Partido Popular, Vox y Ciudadanos no han podido evitar instrumentalizar sus (tibias) condenas al intento de golpe de estado para mezclarlas con críticas contra el movimiento soberanista catalán. Miles de seguidores del expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que este domingo participaban en una manifestación para reclamar una intervención militar y derrocar al presidente Lula da Silva, acabaron ocupando los edificios de los tres poderes en el país, con ultraderechistas en el Congreso de Brasil, en el Palacio de Planalto y en el Tribunal Supremo. Pero los hechos insólitos y antidemocráticos no han evitado el enésimo ataque contra el independentismo.

Desde el PP, ha sido la secretaria general, Cuca Gamarra, la primera que se ha pronunciado al respecto, criticando que los mismos hechos, si hubieran ocurrido en España, serían "simplemente un desorden público". De esta manera, los populares han aprovechado para censurar la reforma de la sedición pactada entre el PSOE y ERC. Y esta misma tarde ha sido el nuevo portavoz de campaña del PP, Borja Sémper, quien, en una línea similar, se ha preguntado si "alguien en su sano juicio cree que Lula da Silva dentro de cinco años modificará el Código Penal para rebajar las penas por delito penal de los que intentaron un golpe de estado y subvertir el ordenamiento constitucional en Brasil". Eso sí, a pesar de la evidente equiparación con el referéndum del 1 de octubre y la condena posterior de los políticos independentistas, Sémper ha echado pelotas fuera para asegurar que "no hay comparación posible" entre los dos hechos.

Por su parte, Vox ha sorprendido condenando "la violencia ejercida contra las instituciones democráticas" en el país latinoamericano. Pero el portavoz político de la ultraderecha, Jorge Buxadé, rápidamente ha reorientado la crítica para afirmar que ellos condenan "toda la violencia, a diferencia de la izquierda en Europa, y especialmente la española." Y entonces se ha dedicado a recordar que en España "se ha indultado a aquellos que cometieron un delito de sedición y dieron un golpe de estado contra la unidad nacional y las instituciones democráticas". Como el PP, Buxadé ha centrado su atención en la reforma del Código Penal, preguntando con qué mecanismos cuenta ahora el Estado en caso de que se produzca un caso similar después de las elecciones generales a finales de año, "cuando el PSOE y sus socios pierdan".

Y, desde Cs, más de lo mismo pero con más diversidad de voces. A través de las redes sociales, la todavía presidenta Inés Arrimadas ha colgado un vídeo de los incidentes ocurridos en las puertas del Parlament durante el primer aniversario del 1-O, en 2018. "En España tenemos ejemplos de totalitarios que asaltan instituciones democráticas", ha denunciado. "Así tuvimos que salir hace pocos años del Parlament ante la multitud separatista, animada por los que hoy no solo continúan en la Generalitat, sino que son socios del Gobierno y redactan el Código Penal". Similarmente, el eurodiputado naranja Jordi Cañas ha comparado la misma protesta con el ataque de los bolsonaristas. "Lo de Brasil es un intento; ellos no solo lo intentaron, sino que lo hicieron", ha lanzado, añadiendo que se hizo con extrema violencia y que fracasó por la intervención de los Mossos d'Esquadra. Y, en una muestra de innovación, la portavoz de Cs en Catalunya, Anna Grau, ha señalado la similitud entre el asalto en Brasil y la manifestación convocada por las principales entidades independentistas contra la cumbre hispanofrancesa el próximo 19 de enero en Barcelona: "Populismo y más populismo".