El Comité Nacional de Derechos y Garantías del Partido Popular ha decidido suspender cautelarmente de militancia a los concejales y asesores de Valencia investigados en el caso Taula. Es el último movimiento que la dirección del partido ha autorizado ante la negativa de Rita Barberá de dar un paso al lado.

Barberá es actualmente senadora por el PP y, por lo tanto, tiene la condición de aforada. Por este motivo, cualquier investigación judicial contra ella tiene que pasar por el Tribunal Supremo o el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. De momento, el juez del caso Taula ha iniciado el trámite para pedir al Tribunal Supremo que la impute. Mientras eso no pasa, Barberá no tiene ninguna causa abierta. En cambio, sus compañeros de partido en el Ayuntamiento de Valencia y una cincuentena de asesores del consistorio ya están siendo investigados o están relacionados con este caso.

El juez del caso Taula, Víctor Gómez, investiga una presunta trama de blanqueo de capitales vinculada a la actividad del PP en el Ayuntamiento de Valencia. A través de esta red, el partido se habría financiado ilegalmente a base de mordidas del 3%.   

 

El PP quiere arrinconar a Barberá

La decisión de cargarse al equipo de Barberá en el Ayuntamiento cuenta con el visto bueno de Génova. Llega después de que los nueve concejales investigados por blanqueo de capitales se hayan negado a entregar el acta de regidor, tal como había pedido el partido. La suspensión de militancia también afecta a la cincuentena de asesores del Ayuntamiento a quien el partido había abierto un expediente informativo para determinar su relación con el caso judicializado.

La dirección estatal del PP ha informado de la decisión a través de un comunicado donde también anuncian que Alfonso Novo, hasta ahora portavoz del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Valencia, ha renunciado al cargo.

A la derecha, el hasta ahora portavoz del PP en el Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Novo, yendo a declarar en la Ciudad de la Justicia

Habrá que ver cómo responde la exalcaldesa de Valencia a este movimiento de la dirección del partido. La estrategia de Génova pasa, públicamente, por aislar a Barberá y esperar a que tome la decisión de renunciar al acta de senadora y desvincularse del PP. Como mínimo, hasta que se demuestre la inocencia que ella pregona. Si Barberá agacha la cabeza, el PP evitará una escena digna del mejor sainete. Si no es así, la agonía será larga.