Un año después de la guerra civil interna al partido Popular (PP) que se cobró la carrera del expresidente popular Pablo Casado, el partido le sigue volviendo la espalda. Es decir, la rehabilitación de Casado a la primera línea política ni está ni se lo espera por ahora. Según El País, fuentes de Génova apuntan que actualmente Casado no suma.

Sin embargo, solo el único motivo de peso para desentenderse del expresidente popular. Desde la dirección del PP se temen la reacción de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid y la principal impulsora de la caída de Casado. Ayuso tendría todavía muy presente el fuego amigo que hace un año la puso a punto de mira por la contratación de su hermano como proveedor en pleno pico de la pandemia.

Así pues, Alberto Núnez Feijóo, presidente del PP, querría mantener la paz, pase lo que pase hasta de su partido después del espectáculo del año pasado y eso incluye no hacer nada que pueda molestar o alterar Ayuso. Mientras ella esté ni Casado ni los de su alrededor tienen nada que hacer. Ahora mismo está todo muy reciente, y Feijóo no tiene más remedio que estar a su lado y no contra ella, porque su fuerza mediática sigue siendo brutal", afirma un dirigente de los populares en El País. "La política es así de dura y Casado tiene mala imagen porque no ha ganado unas elecciones. No creo que a Feijóo le venga bien" añade otro dirigente.

Rompiendo este posicionamiento, de cara al público, el PP ha afirmado que tendría la puerta abierta para volver. "Las puertas de esta sede están abiertas para él y para cualquier otro militante. Singularmente, a él, porque ha sido muy importante", afirmó Borja Sémper, portavoz de campaña, en ronda de prensa.

Armonía de Ayuso

Por su parte, Ayuso también parece trabajar para mantener la paz dentro del partido, ya que hace unos días se hizo públicos los mensajes de al menos 10 miembros de la dirección Casado en que cargaban contra ella y animaban el entonces líder. No todos, pero alguna de estas figuras, siguen teniendo cargos destacados al partido. Sin embargo, Ayuso parece pasar página y no querer hacer daño. "Agua pasada no mueve molino", ha asegurado.

No se mira por el retrovisor

Desde la dirección del PP no se quiere fijar la mirada en la era Casado y han afirmado que hay que mirar el futuro y no por el "retrovisor", sin "enredarse en cuestiones que pasaron semillas. Parece que Casado mantiene una posición similar, ya que desde que se apartó de la primera línea política, el exdirigente popular ha mantenido un perfil bajísimo. Lejos de los focos y de los diarios, no ha hecho comentarios ni ha posicionado en nada. Uno contrasta con el tono incendiario que marcó su paso al frente de los populares. Desde su partida el PP ha mejorado constantemente en las encuestas y la guerra de los populares parece quedar ya enterrada.