Portadas: El Parlament y el Govern vuelven a rebelarse

A las 22:16 de este martes, este diario publicaba el editorial, en el que el director de esta santa casa comenta lo difícil que es que Laura Borràs, presidenta del Parlament, no ofenda la sensibilidad constitucional de jueces y fiscales de forma que consideren como desobediencia el paro de la cámara. Increíblemente, el director se equivocaba. Media hora después del mencionado editorial, ABC difundía en Twitter su portada, donde se lee este título: "La Generalitat y el Parlament, en rebeldía". Lo acompaña una foto del Govern en el Pati dels Tarongers en clara actitud de desfile militar. Madre mía. El tabloide monárquico ha decidido que desobediencia no es una palabra bastante importante para describir la actuación del Parlament y del Govern (acusado de hacer un decreto para incumplir el 25% de castellano) y elige rebelión. A ver, comete rebelión quien se levanta en armas contra un gobierno legítimamente constituido. No es cualquier cosa. Hay que alzarse violenta y públicamente, según la ley. Si eres independentista, sin embargo, te hacen rebaja y basta con que te levantes de la silla o que la violencia sea "posmoderna", que es cuando alguien se siente agredido íntimamente o no bien obedecido, incluso mal complacido o mirado con odio. En fin. Podría ser que ABC use rebelión en el sentido general del término —resistencia a la autoridad, al superior jerárquico, etcétera— pero es dudoso conociendo los antecedentes del periódico, favorable a la penúltima y antepenúltima rebeliones de verdad que España ha sufrido y a las consiguientes dictaduras, que suman 47 años, el 40% de la historia de la cabecera. Es un diario que sabe de rebeliones. Hay que esperar que esta vez el estamento judicial, tan excitable, mantenga la sangre fría y no se lo tome de igual forma que el tabloide monárquico. Esperar contra toda esperanza, como decía san Pablo.

En este contexto de rebelión, digamos, fácil, es extraño que ABC —ni ninguna portada de Madrid o Barcelona— se haga eco del asalto al Ayuntamiento de Lorca (Alto Guadalentín, Murcia, 96.238 habitantes) por unas 30 personas, que desbordaron la línea de agentes de policía española y local gritando "¡Hijos de puta!" y ¡"Vamo pa' dentro!", entre otros adagios latinos. Se conoce que la sensibilidad del tabloide monárquico con las rebeliones es muy selectiva. El pleno municipal debía aprobar una moción que limita la creación de macrogranjas o la expansión de las que ya hay. Para evitarlo, los energúmenos, encabezados por un señor vestido con chaqueta de camuflaje ("paramilitar", si quieres salpimentarlo de violencia posmoderna), acosaban a los concejales de izquierda. Podemos habla de "versión porcina del asalto al Capitolio". Es verdad, el vídeo de los disturbios lo recuerda vagamente. La realidad, sin embargo, es que los asaltos de gente cabreada a edificios son todos semejantes.

Otro tema frecuente en muchas portadas de hoy es el éxito del gobierno español al reunir los votos necesarios para aprobar en el Congreso la reforma de la reforma laboral pactada con casi todas las patronales salvo la CEIM, de Madrid, y Foment del Treball, catalana. Podríamos clasificar los periódicos que hablan del asunto en dos bloques. Uno, el de los que ponen el dedo en el ojo en ERC diciendo que el gobierno español ya no necesita sus votos (El Mundo, El Periódico). El otro, los diarios que explican el caso de manera más amable para los republicanos (El País, La Vanguardia, La Razón) y dicen que la Moncloa sale adelante con los votos de Ciudadanos y de Unión del Pueblo Navarro. Un análisis muy detallado de todas estas maniobras y de lo que hay en juego políticamente puedes leerlo en la columna de Pilar Velasco, que ayer se estrenó en esta santa casa.

El País publica unas cartas dirigidas a Vladímir Putin, donde tanto los Estados Unidos como la OTAN le proponen unos acuerdos de desarme. Se sabía que estas respuestas escritas existían y, más o menos, su contenido. Pero no se habían visto los documentos. Es una exclusiva mundial. Enhorabuena.

ABC