Los teléfonos no paran de sonar en los despachos parlamentarios del Congreso de los Diputados. Algunas llamadas que incluso son inesperadas, como los encuentros "casuales" con diputados oficialistas que piden los votos. No en balde, en 48 horas se debatirá y votará el decreto de la reforma laboral de Yolanda Díaz, que sigue pendiendo de un hilo por el no de formaciones como ERC, el PNV o EH Bildu. Después de arrancar el gratuito de Ciudadanos, ahora desde el ejecutivo central sondean a otras formaciones pequeñas para salvar los muebles. El mensaje que trasladan desde La Moncloa: que conseguirán los votos necesarios y que no se tocará ninguna coma, que el texto se mantendrá "en sus términos".

Durante la jornada de hoy, de hecho, se ha conocido algún voto favorable, como los anunciados por Más País (2) y Compromis (1). En estos hay que sumar los de Ciudadanos (9), Teruel Existe (1), el Partido Regionalista Cántabro (1), Coalición Canaria (1) y Nueva Canarias (1). Pero los números siguen sin salir. Ante el rechazo de los socios tradicionales (ERC, el PNV y EH Bildu), el ejecutivo central está sondeando otras vías, como el voto favorable de los cuatro diputados del PDeCAT y la abstención de los dos parlamentarios de Navarra Suma. Todavía no hay nada seguro, aunque tanto el PSOE como Unidas Podemos venden optimismo.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, la ministra-portavoz Isabel Rodríguez ha reiterado el mismo mensaje de las últimas semanas: "Tiene que convalidarse en sus propios términos", los que acordaron con los sindicatos mayoritarios y la patronal. La dirigente socialista no ha querido entrar en el detalle de los contactos y se ha limitado a decir que "el gobierno está trabajando de forma coordinada y colaborativa para conseguir estos apoyos" y que "no contemplan ningún otro escenario que el de la convalidación". Ha reivindicado la "legitimidad" y la "fortaleza" del actual redactado por haber surgido del diálogo social.

Lo acompañaba en rueda de prensa Ione Belarra, que sí que ha admitido que trabajan para conseguir los apoyos de los socios habituales de forma más explícita. Sin embargo, la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos ha apelado a la "discreción" y ha pedido dejar trabajar a los equipos. La dirigente morada ha expresado su "máxima confianza" en la vicepresidenta Yolanda Díaz para recabar todos los votos necesarios.

Contactos sin éxito

Fuentes de ERC ya han señalado en las últimas horas que la cosa pintaba "muy mal" y responsabilizaban al PSOE. En este contexto, los republicanos reiteraban que seguían en el no. La misma posición han expresado hoy otras formaciones independentistas como Junts, la CUP o EH Bildu. La portavoz juntera Míriam Nogueras ha revelado contactos: "Del grupo socialista. De Podemos, nadie". Pero aun así no ha visto predisposición a hacer cambios. En cambio, la anticapitalista Mireia Vehí ha constatado cómo nadie le ha llamado. Por su parte, desde el PDeCAT, una desde las formaciones sondeadas por el Gobierno, explican que siguen en conversaciones y que lo decidirán este miércoles por la tarde en una ejecutiva extraordinaria.