Portadas asustadas, asustadizas y asustadoras con la covid

La información sobre la sexta oleada de la covid-19 no apunta en ninguna dirección. Los contagios —y los datos asociados a esta magnitud (riesgo de rebrote, incidencia a 7 y 14 días...)— son alarmantes y, en cambio, las muertes, las hospitalizaciones y la ocupación de las UCI no lo son tanto. La mitad de los ingresados son personas no vacunadas y la otra mitad sufrían afecciones previas, y son, por tanto, más vulnerables a la covid. La variante ómicron supone casi la mitad de los casos, pero no acabamos de saber si su velocidad de contagio, vertiginosa comparada con la delta, la anterior variante, la hace más letal o menos. Parece que menos, según los últimos datos. Dinamarca, el país predictor para Catalunya —aquí pasará lo que allí pasaba hace un par de semanas—, tiene más contagios que nunca pero la mortalidad es menor que al inicio de la pandemia. En medio de esta perplejidad, el Govern pide cerrar el ocio nocturno, limitar aforos en bares y restaurantes, reducir a 10 personas las reuniones familiares y un toque de queda de una a seis de la madrugada, restricciones similares a las de la Navidad pasada. El gobierno español replica que ni hablar porque, gracias a la vacunación, el número de hospitalizados y muertos es muy inferior al de oleadas anteriores.

En este ambiente, las portadas de los periódicos, si las comparas, ofrecen una impresión equívoca, porque ninguno acaba de dar la imagen completa del momento. Es complicado, porque el material es mucho y está poco claro. Fíjate, si no, en todos el títulos y titulitos que usa en portada La Vanguardia para no dejar ningún ángulo oscuro: seis.

Hay portadas asustadas, asustadizas y asustadoras. El País, El Punt Avui y Ara quieren contar el estado de la pandemia con la parte más terrible del momento, la de más impacto, sea el récord de contagios —que, no obstante, no se traduce en la misma letalidad que en la primavera de 2020—, la proporción de catalanes que quedarían sometidos al toque de queda o bien el pronóstico de los efectos en el ocio y la restauración, que ya veremos si son tan terribles. El Periódico explica otra parte del momento: los litigios entre el Govern y las patronales de los sectores afectados por las restricciones.

La Vanguardia toma una línea más política en su título principal y destaca que la Generalitat es el único gobierno autonómico que pide restricciones "duras", mientras que el resto, o bien no piensan hacer nada, como Madrid, o bien quieren recuperar la obligación de la mascarilla en exteriores, aunque el contagio al aire libre es muy improbable, según la evidencia a mano. Da la impresión —y puede ser equivocada, pero en el Quioscos & Pantallas se toman riesgos— que El Punt Avui cree o quiere apuntalar las decisiones de la Generalitat, mientras que los otros tres de Barcelona no lo ven claro y se dedican a explicar las penosas consecuencias que tendrán y el hecho de que, ahora mismo, no hay para tanto y que las restricciones propuestas son excesivas y exageradas. El Gobierno dice-pero-no-dice que el motivo real de su decisión es el riesgo de colapsar el sistema hospitalario. De todo esto, en las portadas, no hay nada excepto en El País. Quizá hoy el resto nos lo explicará mejor.

Vale la pena fijarse en el título de El Mundo, que no pierde nunca ocasión de presentar las autonomías como gobiernos disfuncionales. Es una parte de la doctrina de Vox que el periódico defiende desde antes de las últimas elecciones andaluzas. Sin embargo, que cada gobierno autonómico decida lo que mejor le parece para su territorio no es "agudizar las diferencias" ni una demostración de la "pasividad del gobierno [central]". Es como funciona España —con permiso de los jueces, claro— porque así lo dicen la Constitución y las leyes que nos dimos entre todos, etcétera. El Mundo puede defender otra cosa —faltaría más— pero jugaría más limpio y sería más honesto y transparente si lo dijera directamente en lugar de hacer tantos juegos de manos, tantos trapicheos, tantas trampas como los tahúres de medio pelo.

EPA