Medidas extremas. Ante el avance de la sexta ola de la covid-19 en Catalunya, el comité científico asesor de Salut no descarta "un confinamiento de duración corta" en el peor de los escenarios, "como están haciendo en otros países de Europa". Así se plantea en el informe presentado este lunes al Govern, donde se especifica que si las restricciones recientemente propuestas "no fueran lo bastante efectivas", el cierre de la población podría ser una opción en caso de que la transmisión comunitaria estuviera descontrolada y excediera las capacidades de respuesta del sistema sanitario.

En el apartado de medidas no farmacológicas, los expertos hablan de "la posibilidad de aplicar medidas más restrictivas, incluido un confinamiento de duración corta, como están haciendo otros países de Europa, no se puede descartar en el peor escenario 19 de futuro, pero se tendrá que valorar en caso de que las medidas propuestas en este documento no fueran suficientemente efectivas".

Endurecer restricciones, pero sin toque de queda

El comité científico asesor avisa en el texto de la rápida de la variante ómicron a escala mundial, afirmando que es mucho más contagiosa que el variante delta. De esta manera, prevén que la nueva cepa será la predominante antes de finales de año, fijando los nuevos casos diarios en más de 25.000 en enero de 2022 y con un impacto "muy elevado sobre el número de hospitalizaciones". Es por eso que los expertos recomiendan una serie de restricciones más duras que las que el Govern ha acabado poniendo finalmente sobre la mesa este lunes.

Si bien en ninguna parte del texto se habla del toque de queda, el comité sí que veía necesario reducir las reuniones en el ámbito público a un máximo de cuatro personas, limitar las reuniones en el ámbito privado solo en grupos de convivencia, favorecer turnos escalonados de trabajo, promover el transporte en bicicleta o caminante, aumentar la frecuencia de horarios en el transporte público o evitar la presencia de más de dos pasajeros por fila de asientos en taxis. Incluso recomendaba directamente a la población salir del domicilio solo por necesidad y evitar viajar en horas punta (excepto por actividades esenciales).

El texto también dedica una parte a las actividades consideradas de alto riesgo, donde se proponía la suspensión del servicio en zonas interiores de los establecimientos de restauración, de actividades deportivas no profesionales o federadas en espacios interiores, de aquellas en zonas interiores de los locales de apuestas, bingos, salones recreativos y de juegos, el cierre del ocio nocturno y la reducción del aforo del exterior al 50% y limitación de horarios de servicio en hostelería y restauración. Para las de riesgo intermedio, los científicos consideraban adecuada una reducción del 50% del aforo en cines, teatros, auditorios, circos de carpa, bibliotecas, archivos, museos, salas de exposiciones, monumentos y otros centros culturales, así como la enseñanza a distancia en academias, autoescuelas y otros centros no reglados, limitar los horarios de apertura de los establecimientos comerciales no esenciales y cerrar las zonas comunes de hoteles, albergues y otros alojamientos turísticos.

En el documento también se incide en el diagnóstico de casos, de rastreo y seguimiento de contactos, pidiendo "reforzar la capacidad de monitorización molecular de las variantes virales". Igualmente, los expertos remarcaban la importancia de "redirigir la actividad burocrática en otros ámbitos administrativos para aprovechar al máximo la capacidad clínica, diagnóstica y vacunal de los profesionales de los equipos de atención primaria".

 

 

Imagen principal: La Plaza Catalunya de Barcelona, vacía durante el último toque de queda implementado por el Govern / Sergi Alcàzar