Queda raro que la portada de La Vanguardia de este miércoles arrincone las declaraciones de Marta Rovira donde revela que el diputado del Partido Popular, Carlos Floriano, “nos propuso que habláramos y negociáramos” después de las elecciones españolas del 23-J del 2023. Extraño porque este sábado, domingo y lunes, el diario abrió con el acercamiento del PP a Junts en idéntico periodo y la oferta de Alberto Núñez Feijóo de indultar al presidente exiliado Carles Puigdemont. Extraño también porque La Vanguardia tenía aquí la oportunidad de empatar el marcador para ERC y lo desaprovecha. El tema principal de la portada de este miércoles es la orden de busca y captura emitida por la policía rusa contra la primera ministra de Estonia. Es una noticia curiosa, ciertamente, pero publicar así, tan grande, la última chifladura putinesca (y no la de Trump sobre la OTAN), sonará a los malpensados a poner cualquier cosa que no deje en evidencia al PP. Eso sí, decoran el titular para que no parezca que abren con un chiste. Ese “Putin apunta al Báltico” que quiere decir preparaos que la invasión de Estonia, Letonia y Lituania es inminente. A ver, ciento cuarenta y cinco años haciendo diarios no son en balde: La Vanguardia las ha visto pasar de todos los colores y ha adquirido toda la maña del mundo para salir airoso de cualquier situación. Cabe decir que del asunto Rovira tampoco hablan el resto de portadas editadas en Catalunya, excepto la de El Periódico, en un pequeño recuadro.

A quienes se percibe asustados, inquietos y nerviosos es a los diarios del Trío de la Bencina, que han entrado en lo que parece un concurso de quién la dice más gorda en favor de Feijóo y del PP en relación con las elecciones autonómicas en Galicia. El martes era El Mundo, que retrataba a la candidata del Bloque Nacionalista Galego, Ana Pontón, como si fuera un caballo de los de a rapa das bestas. Una señora que solo habla gallego, decían en portada, como si se tratara de alguna enfermedad irreversible y letal. Este miércoles es el turno de La Razón, que abre portada con un presunto “pacto secreto entre Puigdemont y Sánchez” para que la amnistía sea integral. De entrada, no debe ser tan secreto si lo conoce el diario del Grupo Planeta. En fin. Desde que los panfletos anarquistas del siglo XX hacían correr que frailes y monjas envenenaban el agua de las fuentes públicas, no se había visto una creatividad y fantasía tan notables en un diario. Eso sí, de los contactos de Feijóo con los partidos catalanes soi-disant independentistas, en portada nada de nada.

Dos apuntes finales. Ningún diario hace caso al borrador de informe sobre la enseñanza del castellano en Catalunya, elaborado por un grupo de eurodiputados de la derecha extrema y de la extrema derecha, promovido por Dolors Montserrat, diputada europea del PP. No se lo cree a nadie, vaya —aunque de esta comisión volveremos tener noticias. La otra es que al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, El País también lo ha puesto a caldo a raíz del asesinato de dos guardias civiles atropellados por una narcolancha en Barbate (Cádiz). El diario titula en un rinconcito de la portada que la benemérita no dispone de lanchas operativas en toda la costa de Cádiz, uno de los puntos de entrada de droga más destacables de la postpandemia. Mientras el Trío de la Bencina se desgañitaba ayer por el mismo asunto sin mostrar información detallada —solo declaraciones y juicios de intenciones—, el diario de los progres viejos trabaja. Ahora el drama es que no se sabe si esta carencia de barcos es responsabilidad directa de la misma Guardia Civil o del ministerio. El eterno paisaje español.

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