Los colores blaugranas han teñido las principales portadas catalanas con una marea de pasión que ha invadido las calles de la ciudad, convertida en Barçalona, como en los mejores tiempos de la historia del Club. No han sido solo las ganas de celebrar un triplete doméstico (Ata, Copa y Supercopa) y cuatro clásicos triunfales de una temporada histórica lo que llevó a 670.000 personas de todas las edades a salir a la calle para seguir la rúa de los campeones, el desfile triunfal deja muchas otras lecturas. La principal, que la conexión del equipo blaugrana comandado por Hansi Flick y sustentado en los jóvenes descarados formatos la Masía liderados por Lamine Yamal transmite un orgullo y una ilusión que trasciende las puertas del deporte. El cordón umbilical que se ha formado entre el equipo y la afición se retroalimenta porque los unos y los otros se identifican, comparten el sentimiento culé con el que han crecido, una manera de entender y disfrutar de un fútbol des acomplejado, que mantiene los rasgos identificativos que han sustentado los cimientos del estilo que ha significado históricamente al Barça, pero que Flick ha adaptado a los nuevos tiempos que exige el fútbol de hoy en día para volver a ser competitivo. Y lo ha hecho, además, añadiendo una buena dosis de épica (precisamente lo que identificaba a su rival ancestral a falta de buen fútbol) y viviendo muy a menudo en la cuerda floja que ha obligado a hacer remontadas imposibles que no ha hecho más que aumentar el sabor de las victorias. El Barça vuelve a tener licencia para soñar al abrir una nueva era dorada en el club y al superar la próxima temporada los límites de la Champions que, por bien poco, no ha podido cruzar en la primera temporada de Flick en el banquillo.
La distancia entre la afición y el equipo se ha reducido como nunca; con unos jugadores capaces de coger un Bicing de madrugada para ir a compartir la celebración de un título con un compañero que está en el hospital, o de otro que fue a celebrarlo a Canaletes; unos jugadores que no hace tanto tiempo estaban en el lugar de los aficionados, en la calle, siguiendo las rúas de otros campeones blaugranas del pasado. O con un entrenador que a su experiencia y conocimientos une una inteligencia emocional que ha sido clave para gobernar un vestuario singular que combina adolescentes y futbolistas curtidos, siendo fraternal y afectuoso y ejerciendo de padre cuando tocaba, pero que es exigente sin necesidad de escenificarlo con gritos y al que no le ha temblado el pulso a la hora de tomar decisiones importantes, como dejar a Iñaki Peña en el banquillo y darle la titularidad a Tek, un portero que aceptó el reto blaugrana cuando estaba retirado. Por todo eso, el Barça volvió a vivir la pasión de su gente en las calles de la ciudad, en una rúa que la mayoría de los jugadores del Barça no había vivido nunca.
La fotografía del autocar de los campeones rodeados de gentes con bufandas y banderas blaugranas, banderas, esteladas y móvil en mano son las protagonistas de las portadas de los diarios catalanes. Imágenes muy similares en todos los diarios, así que hay que fijarse en los adjetivos de los titulares. "Pasión punki por el Barça", titula El Periódico, que en las páginas interiores habla de "locura", de "desfile multitudinario", pero que también destaca en su portada que "los pederastas sabían que la menor violada tenía 13 años", en referencia al escándalo que rodea en la DGAIA.
La Vanguardia también dedica la imagen principal de su portada al desfile de los campeones y lo titula así: "Júbilo blaugrana en las calles de Barcelona", mientras que en la crónica interior destaca que "el Barça sale, disfruta y se da un baño de masas en Barcelona" en el primer desfile del proyecto del Barça de Flick, Lamine Yamal y compañía que "la afición ya recuerda y recordará durante mucho tiempo", con los jóvenes animando la fiesta, a los veteranos custodiando los tres trofeos y el técnico alemán fotografiando y grabando el ambiente de las calles. El diario de los Godó, sin embargo, abre su página noble con el debate energético y asegura que "las nucleares se preparan para pedir una prórroga al Ejecutivo". "Baño de masas para los campeones", titula el diario Ara, que habla de los centenares de miles de personas que acompañaron a los campeones por las calles de Barcelona, mientras que para el titular principal de la portada ha escogido el tema la crisis residencial, y asegura que "la venta de pisos se dispara a niveles de la burbuja del 2007". El Punt Avui dedica un espacio más reducido en su portada al "desfile multitudinario del Barça campeón", y el único diario que se edita en Madrid que ha recogido el baño de masas del Barça campeón es El País, que como noticia principal de su portada destaca que Rusia y Ucrania cierran su primera reunión sin avances para una tregua.
El resto de diarios conservadores que se editan en la capital siguen con sus temas recurrentes para desgastar el gobierno de Pedro Sánchez. El ABC titula su portada que "la Audiencia apunta que Begoña Gómez 'aprovechó su proximidad' en Sánchez para 'vender favores'", mientras que El Mundo también ha escogido el mismo tema y afirma que "la justicia apuntala la 'venta de favores como esposa' de Begoña". La Razón, por su parte, centra la información principal de su portada en el caso Koldo que salpica al exministro José Luís Ábalos, y asegura que "una nueva caja con material desconocido y un pendrive al cual inquieta la Moncloa" ha aparecido en la Audiencia Nacional.







