Ni La Vanguardia ni El Periódico llevan hoy en portada una sola palabra sobre la situación de la lengua catalana en las escuelas, que es la misma que en otros ámbitos de la vida pública: de caída. El Govern pondrá en marcha un plan para revertir la coyuntura negativa para la lengua en una escala que recuerda a los planes de normalización de finales de los años 80 del siglo pasado. De hecho, los datos que este jueves ofrecieron los departamentos de Educació y de Cultura muestran que la inmersión no acaba de funcionar. Eso desmonta uno de los grandes cocos del españolismo, junto con la acción exterior de la Generalitat, los Mossos y TV3. El Punt AvuiAra, en cambio, destacan el tema en su primera página. No es la primera vez que se produce este contraste, que ayuda a identificar qué asuntos hacen latir el corazón de cada diario, qué es lo que motiva a sus editores, cuál el es el retrato del país y de la actualidad que presentan a los lectores.

La portada es el gran indicador de lo que interesa o no interesa a un diario. No hay otro mejor. Quizás en otro tiempo, el estado vulnerable de la lengua catalana habría hecho reaccionar a ambos diarios —los más vendidos— con una sensibilidad diferente, tal vez con inquietud o preocupación. Este viernes no ha sido así. Los dos grandes diarios catalanes han dicho en varios momentos de su historia que tenían intención de explicar la actualidad con una mirada y una perspectiva catalanas. No es burrada ni despropósito. Al contrario, se entiende perfectamente. Este viernes, sin embargo, los hechos no acompañan a esas palabras. Probablemente no es sólo este viernes. Dirás que las noticias no tienen nacionalidad ni país y tampoco la tienen la mirada, la perspectiva o la sensibilidad. Ciertamente tienen nacionalidad y país y en más de un sentido. No es lo mismo que un diario de Barcelona te explique la política española a través de una redacción de periodistas catalanes que cualquier otra alternativa. Por mucho que te hagas el ofendido o te escandalices, es así, y quede claro que aquí no se habla de mejor o peor sino de cumplir aquella promesa editorial. Del dicho al hecho hay un gran trecho. ¿Quién cuidará de la lengua catalana, materia concreta que nos ocupa, si no se lo hacen los diarios de casa?

Un par de notas de los diarios de Madrid. El primero es el notable trabajo de El País para desenmascarar la supuesta buena gestión de la pandemia de la Comunidad de Madrid bajo el lema de la libertad que blande la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Madrid fue la región europea con más exceso de muertos en 2020 (un 44%) en comparación con la media de defunciones de los cuatro años anteriores, según los datos del Comité Europeo de las Regiones de la Unión Europea. (En el mismo ranking, Catalunya es la octava, con un 27% más de muertes). Esas muertes se atribuyen a la covid. El diario progre habla hoy de otra consecuencia de la gestión del covid-19 en Madrid: las listas de espera, las más largas de España. Con nombres y apellidos.

La otra nota notable es cómo El Mundo y La Razón quieren hacer pasar la primera victoria parlamentaria del gobierno español en la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado como una humillación o un sometimiento a manos de la UE o de los aliados. Qué desalmados, qué mal perder y qué mala sombra. Por contraste, tiene gracia el titular principal de La Vanguardia, que da bola a la fanfarronada del PSOE de ofrecer al PP sus votos para aprobar los presupuestos y que no tenga que valerse de Vox. Da cosa que el principal diario de Barcelona no advierta que es sólo una bravata retórica, un vacile. Todo el mundo tiene un mal día.

LV

La Vanguardia, portada

EPC

El Periódico, portada

AHORA

Ahora, portada

EPA

El Punto Hoy, portada

EP

El País, portada

ME

El Mundo, portada

LR

La Razón, portada

ABC

ABC, portada