Las portadas son hoy todas diferentes y eso es mala cosa para el comentarista. ¿Cuál eliges? Un drama. Quizá es hora de inclinar la cabeza ante Ara por su investigación y denuncia de los abusos sexuales (a mujeres) en varios entornos institucionales. Hoy la noticia está en el Institut del Teatre, donde un grupo de profesores ha aprovechado su posición de dominio para eso, para abusar. Hace muchos meses que Ara ha abierto esta línea de investigación y se conoce que da resultados. Las personas que tienen alguna denuncia que hacer ya saben adónde ir —y van.

La gracia es que, a medida que más gente se dirige al diario para denunciar presuntos abusos, los periodistas que se encargan de la cosa adquieren más experiencia, etcétera. Era una apuesta a largo y, de momento Ara gana la partida a El Periódico, que arrancó primero con el caso de los abusos en el colegio de los Maristas de Sants pero después no ha seguido la línea con la misma intención. Todo puede cambiar. Nunca se sabe.

En las portadas de hoy se echa de menos más presencia de una noticia fenomenal: la vacuna contra la covid-19 funciona y el efecto se deja notar en residencias y geriátricos. La Vanguardia es el único diario que lo lleva en portada, como segunda noticia. Queda la duda de si podía ser la noticia principal, pues que los comerciantes pidan el fin de los disturbios —o de cualquier alteración de la normalidad, violenta o no— es un titular que puedes publicar casi cada día. En fin, que si la vacuna funciona en personas mayores parece razonable pensar que funcionará en cualquiera —y no hace falta que sea razonable: es una esperanza, que ahora mismo nos conviene más que cualquier argumento.

Un último comentario. ¿A qué viene la entrevista de El Mundo al rey emérito en que explica que el general Juste fue decisivo a la hora de impedir que el ejército pensara que Juan Carlos I apoyaba el golpe de estado del 23-F de 1981 (a los menores de 45 años quizás les suenan las fotos de un guardia civil con tricornio y bigote levantando una pistola desde el atril del Congreso, el "¡se sienten, coño!", o aquel papel de Javier Cercas, Anatomía de un segundo, etcétera). José Juste era el comandante de la poderosa división acorazada "Brunete" cuando se produjo el golpe de estado. Aquel día, su predecesor en la división, Luis Torres Rojas, y algunos de sus subordinados implicados en la militarada, intentaron engañarle. Juste, desconfiado, llamó a La Zarzuela para comprobar si el rey aprobaba el golpe. Según la versión oficial, el secretario de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, le hizo ver que el rey no apoyaba la asonada. Juste detuvo a Torres Rojas y a los tanques de la "Brunete", hecho que impidió el éxito de los golpistas, bla, bla, bla.

Son todo cuentos. Juste murió en 2010 y no podrá decir una palabra sobre este episodio. La portada de El Mundo es un OK boomer de manual. ¿Por qué lo hace? Pues sólo hay una razón: recuperar el prestigio del pobre Juan Carlos I, huido a los Emiratos Árabes, resucitando un aspecto secundario del relato que, desde 1981, ha permitido decir a los propietarios de pasaporte español que la monarquía tiene algún sentido. Juan Carlos I nos salvó de los milicos, de una nueva dictadura, etcétera. Si lo hizo, a fe que ya se lo ha cobrado.

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