Nos espera un largo combate de palabras hasta las elecciones municipales y más allá. El trilerismo periodístico de Madrid se apresura desde hoy mismo a fabricar el relato de que el Partido Popular de Pablo Casado ha girado al centro, mientras el resto de portadas hablan de giro a la derecha, sea directamente, como Ara, o implícitamente, al considerar que la propuesta de Casado apunta a recuperar a los votantes atraídos por los neofranquistas de Vox, como explican La Vanguardia y El País.
ABC traduce el mensaje de Casado como una llamada "a los votantes a rechazar copias". No se dice, pero el sobrentendido es colosal: la "copia" sería Vox —quizás también Ciudadanos— y "el original", el PP. "El PP verdadero", como el nuevo líder conservador llama a su partido en el discurso de ayer. La lógica que se sigue no es muy halagüeña: el PP que hasta ahora ha gobernado, el de Rajoy y compañía, sería un fake. El de verdad, amigas y amigos, incluye todo aquello que le sirve a Vox para sacar la cabeza en las encuestas, es decir, "liberar a una sociedad secuestrada por una banda de fanáticos racistas", que es como Casado ha descrito a Catalunya. ABC no tiene narices de escribirlo así y prefiere hablar de "restablecer el orden en Catalunya".
El Mundo viste el programa de Casado con más gracia. Es un "contrato liberal", concepto que este diario y compañeros de fatigas tienen la costumbre de reducir a la práctica de rebajar impuestos, siempre que se acompañe de "la tendencia al nacionalismo patriotero" que Hayek, el viejo tótem liberal, atribuía precisamente al conservadurismo rancio. En la fotografía que ilustra la cosa se ve a Pablo Casado protegiéndose los ojos de los focos con el fondo de una bandera española de tamaño familiar. La impresión que da es la de un saludo militar. No le han hecho ningún favor.
La Razón lo sintetiza todo en doce palabras, donde aparecen todos los elementos del relato del nuevo PP: el líder Casado "une" al "PP verdadero" en "el centro"… para "frenar a Vox". Es magnífica la sincronización de estos tres diarios en la misma narración, con los mismos conceptos y referentes. Qué coincidencia, qué casualidad. Como echar tres dados al aire y que te salga un triple seis. Los tres diarios han puesto una marcha más en su campaña.
Junto a la convención del PP, El País informa que Vox se fundó con la aportación de un millón de euros del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán, un grupo de exiliados "islamo-marxista" que los EE.UU. y la UE consideraron "grupo terrorista". Buen trabajo periodístico, sin duda... que Al PP le da un argumento de primera para castigar al partido neofranquista y recuperar votantes. Siempre queda recordar que, gracias a este partido, el PP y Ciudadanos gobiernan en Andalucía.
En los diarios catalanes —salvo Ara— la convención del PP ha quedado arrinconada por otros asuntos: el conflicto entre taxistas y VTC, una entrevista a Jordi Sànchez y los seis municipios que contratan vigilancia privada para protegerse de los robos. Quizás consideran que no vale la pena hacer nada más con un partido que en Catalunya es casi residual y que puede llegar a la irrelevancia en su versión Casado. Pero cuando el PP insiste tanto en imponer a un 155 ilimitado en Catalunya debe ser porque ya acepta que nunca podrá gobernarla construyendo una mayoría en el Parlament, y que sólo puede someterla arrancándole el autogobierno. Constitucionalmente, claro.
