Meritxell Batet ha entrado en el radar de la derecha mediática. Desde hace tres días, la presidenta del Congreso recibe por tierra, mar y aire y, naturalmente, se le adivinan incluso los más ocultos pensamientos e intenciones, que son siempre la destrucción de la patria única, única y uniforme, etcétera. Querían que ayer mismo convocara a la Mesa de la cámara para decidir la inmediata suspensión de los cinco parlamentarios presos políticos y ella no se deja. Batet es o ha sido profesora de derecho constitucional y se le supone una preparación. También es una política habilidosa. Sería tan fácil como explicar que prefiere alargar ese trámite para que la previsible suspensión de los cuatro diputados y un senador indepes no moleste las expectativas electorales de su partido. Pues no, hay que presentarla como el enemigo. Si no, no saben vivir.

Eso intenta ABC, pero se le escapa, como siempre, el tremendismo de transformar una operación política normal, vulgar si quieres, en un atentado al imperio del derecho y al Estado de la ley o al derecho del imperio y a la ley del Estado, o cualquier otra combinación de esos sagrados conceptos. La Razón se excita porque, claro, resulta que Junqueras quiere trabajar como diputado, que es lo que es, y Sànchez ejercer de jefe de filas de Junts Per Catalunya, que es lo que es. El Mundo recuerda a Batet que la fiscalía le recuerda que la suspensión tiene que ser inmediata y la señala como culpable del intolerable retraso.

ABC

LR

ME

El resto de diarios presentan a cosa como una "polémica" o "controversia entre los poderes del Estado". Quizás no hay para tanto. Una vez pasen las elecciones, se ejecutará la decisión y sanseacabó la crisis entre los poderes del Estado. Este ritmo de crisis, perfidias y traiciones entre los poderes del estado puede soportarlo toda cuanta portada se hace y deshace, pero eso no dice gran cosa sobre la salud de los poderes del Estado. Más bien indica el ansia y la sobreexcitación con que los diarios explican el arranque de esta legislatura.

Dicen que no es buena técnica cocinar a muy altas temperaturas, que los alimentos se estropean, pierden el sabor y son de mal comer. Los diarios, que desde hace semanas informan en un tono casi incendiario, de altos hornos, de los avatares de la política catalana, española y europea, quizás deberían tomar nota. Los ingredientes con que se elaboran los platos de este curso político son delicados y hay en el horno dos elecciones por salir a la mesa. De eso, de los comicios locales, autonómicos y europeos de este domingo, ninguna portada dice ni mu. Además, según Avui, Besalú está ocupada por los nazis. Es que ni en Besalú se puede vivir tranquilo. ¿Qué pensaría Eduard Punset, que Dios tenga en su gloria, de todo esto?

LV

EPC

EP

EPA

AHORA