Sólo El Periódico y El País llevan en portada la petición del Fondo Monetario Internacional a España: gastar el fondo europeo postpandemia en cualificar el empleo: reducir su temporalidad y estimular la contratación indefinida. Sería un gran giro para España, donde históricamente se ha entendido —las patronales antes que nadie, y los sindicatos detrás— que mejorar la productividad y ser competitivo quiere decir, sobre todo, salarios bajos y empleo precario, sea por la vía de la contratación inestable, de organizar la economía en torno a sectores de valor añadido bajo, de despreciar la escuela y la formación o de promover el empleo público. El País titulaba el dominical de la semana pasada "Cómo reinventar un país". Podrían empezar por la idea del FMI. Costará. Si a la primera ocasión que tienen de hacerse eco de la cosa, sólo dos diarios lo publican en primera página (y pequeñito)… Tú mismo.

Hoy se cumplen tres años del referéndum del 1 de Octubre. El Punt Avui juega al asunto toda la portada y recuerda que aún hay mil personas (1.000) pendientes de juicio por aquellos hechos. Remarca que la represión es también económica. Que arruina la vida a la gente, vaya. También se acuerda de la fecha Ara, en un recorte tímido como el niño al que obligan a saludar a una visita pesada. Es una situación de la que Quino, que estás en los cielos, sacaría un buen chiste. Quizás también se partiría de risa al ver el nacionalismo banal de El País: "El dibujante en español más internacional". De todos los diarios, tenía que ser El Mundo, el más nacionalista, quien lo clavara: "Un dibujante contra la dureza del mundo". Estos dos se han cambiado los papeles.

Lo que interesa hoy a las portadas es la juerga de la región de Madrid, que el martes pactaba con el gobierno central una cosa y ayer se desdecía. Ni Arniches, el gran maestro del sainete castizo, lo habría hecho mejor. Se conoce que el virus no entiende de territorios, pero los territorios sí entienden del virus.

Lo que no dicen los diarios hooligans de la presidenta es que no cerrar Madrid cuesta vidas y no salva puestos de trabajo. Lo detalla un análisis de Marcos Ferreiro y David Cadrecha para Agenda Pública. La diferencia entre cerrar ahora o dentro de 15 días será de un millar de muertos más y seis días adicionales de confinamiento. "El dilema entre salvar vidas o salvar la economía no existe: la inacción tiene un coste directo en la salud pública y no evita la crisis económica. Sólo la aplaza, a costa de agravarla", dicen. Madrid es la autonomía (y la capital europea) con más casos por 100.000 habitantes. Eso hace inviable el rastreo de contactos, porque la incidencia actual exigiría unos 20.000 rastreadores. Es decir: hay que confinar para reducir los casos a una cifra 10 veces inferior a la actual.

Es lo que hacen en todas partes: contundencia. En Nueva York, el alcalde Bill de Blasio ordenó el martes que la policía entregue una mascarilla a quienes no la lleven por la calle. Quien se resista, multa. Nueva York superó el martes, por primera vez en meses, una tasa de infección del 3%. Hasta ahora, su media semanal era del 1,38%. En Madrid es de más del 20%. Hay tantos hospitalizados por Covid-19 como al inicio del estado de alarma, aunque menos graves, cosa que permitiría un confinamiento más corto.

Madrid está así porque es donde lo ha conducido el gobierno que preside Isabel Díaz Ayuso, la heroína de las portadas. No hay otros responsables. Un ejemplo: Madrid ha permitido más aforo en los bares que Catalunya y Aragón durante sus rebrotes. El Segrià cerró toda la hostelería indoor y abrió las terrazas, más seguras. En Aragón, la "fase 2 no flexibilizada" limitaba el aforo al 40%. En Palma se confinaron barrios enteros, como en Madrid, con la diferencia de que el aforo de la hostelería se restringía al 20%. Ahora parece ventajista decirlo, pero en julio, cuando Catalunya iba de capa caída, se pedía un nuevo 155, el estado de alarma, deponer a Torra. El Govern, sin embargo, tomó medidas. Madrid, que empeoraba desde agosto, no. Resultados:

El acuerdo del martes facilitaba a Ayuso un disfraz para disimular su incompetencia. Aún es hora de que explique qué ha hecho con los 1.500 millones de euros que el gobierno central le transfirió de los fondos contra la pandemia, cosa que tampoco ocupa mucho a los diarios que la defienden. Tampoco les inquieta que la factura de la confusión madrileña deban pagarla todos los españoles que viven en ciudades con más de 100.000 habitantes —es decir, casi todo el mundo—. Los diarios de Madrid no te explican eso y hay gente que muere. Ellos sabrán de qué se hacen cómplices.

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