El Mundo ha abierto seis de sus últimas ocho portadas con el tema, más otra que lo llevaba pequeño. La Razón cuatro de sus últimas ocho, más tres en que lo llevaba pequeño. ABC lo ha hecho tema único en tres de sus últimas ocho portadas. Media España cree que la propagación de la covid-19 se debe a la la manifestación feminista del 8-M en Madrid. Ayer, sin embargo, la jueza Rodríguez Medel puso fin a tres meses de jaleo judicial, policíaco y político, al ordenar el archivo de la causa que trataba de relacionar una y otra. Ahora dice que "no hay suficientes indicios de actuación delictiva" de José Manuel Franco, el acusado principal, delegado del Gobierno en Madrid y, mira por dónde, secretario de organización del PSOE.

Que todo acabaría en pizza se sabía desde que arrancó el caso, gracias a los chapuceros atestados de la Guardia Civil y a las maniobras, digamos de fantasía, de la jueza, muy mañosa tuneando el procedimiento. Esos diarios, ni caso. A raíz del alboroto, sin embargo, han dimitido el segundo y tercer mandos de la Guardia Civil y ha sido destituido el jefe del cuerpo en Madrid, Diego Pérez de los Cobos. La oposición ha pedido día sí día no la dimisión del ministro del Interior y de la directora general de la Benemérita. El domingo pasado, Pérez de los Cobos va llegado a decir que estaba en juego el Estado de derecho y la separación de poderes. Claro que sí.

Tres meses donde en Madrid "no se hablaba de otra cosa", pese a los más de 27.000 muertos por la pandemia.

"No hay suficientes pruebas". ¿Qué han hecho, pues, esos tres diarios todo este tiempo? El ridículo, porque periodismo, poco. Cómo se les ha visto el plumero. Ahora tendrán tiempo para de explicar los hechos que han ocultado, desde las manipulaciones de los atestados de la Guardia Civil hasta la incompetencia del forense que hablaba de "hecatombe sanitaria" y los testimonios que desde hace días contradicen la investigación.

El único diario del trío que hoy tiene el nervio de abrir su portada con el esperpento es El Mundo, que titula con la regañina infantil de la jueza al delegado del gobierno, como queriendo decir que no hay nada pero que tienen razón. El resto, mutis por el foro. Ayer, en las redacciones de esos diarios un puñado de periodistas rehacían o arrojaban a la papelera los reportajes de adelanto de sábado y domingo sobre el caso del 8-M y pensando qué pondrían en su lugar, escribirlo y editarlo. Sin contar a los columnistas que no han tenido más remedio que reescribir sus textos sobre la cosa, más los centenares de publicaciones en redes sociales que sus autores se están comiendo con patatas.

A José Manuel Franco se le acusaba de "prevaricación administrativa", uno de esos delitos creativos o de fantasía que tanto se estilan últimamente. Tampoco existe el de "prevaricación informativa", por muchas ganas que tengas ahora mismo. Puedes hacerles pito catalán, que aun no es delito.

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