Se acerca la celebración del debate de investidura y las portadas, como no puede ser de otra manera, no son ajenas a este. Ahora bien, mientras la caverna mediática madrileña sigue sin digerir lo inevitable, un gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos con la abstención de los independentistas de ERC (y también, no lo olviden, del PNV y Bildu), la prensa editada en Barcelona ya ha pasado pantalla y pone el foco en la composición del futuro gobierno de Pedro Sànchez. Una vez más, dos miradas bien diferentes.
ABC no ha encajado que el pacto entre socialistas y republicanos recoja la celebración de una consulta a la ciudadanía sobre los acuerdos adoptados en la mesa de negociación. No esconden la alergia que les provoca una consulta democrática, aunque sea en la comunidad de vecinos.
Esta tozudez contra el pacto también la encontramos en El Mundo. En este caso, la pone en boca de los militantes socialistas, que según una encuesta del rotativo madrileño rechazan el apoyo de los republicanos a la investidura. Preferirían, dice el rotativo, un acuerdo con el PP. Pero aquí hacen trampa, mucha trampa. Sustentan esta afirmación sumando todas las variables posibles en que los populares o se abstienen o bien pactan con los socialistas y los ciudadanos de Arrimadas. Un espejismo, vaya.
Y quien sigue con las conjuras es La Razón, que una vez pasado el capítulo del pressing a la Abogacía del Estado sobre la inmunidad de Junqueras, ahora pone el foco en la Junta Electoral y las presiones que estaría recibiendo desde Moncloa para "salvar a Torra" de la inhabilitación este viernes. Todo, según el diario de Marhuenda, para no entorpecer la investidura.
La otra mirada llega desde Barcelona, donde tanto La Vanguardia como El Periódico hacen las tradicionales quinielas sobre la composición del nuevo gobierno de coalición, que, según el rotativo de los Godó, se conocería el martes una vez el Congreso dé luz verde a Pedro Sánchez. Y como siempre, mucha quiniela, pero sin mojarse ni un pelo. A Sánchez le gusta dar sorpresas, nos dicen, y poca cosa más que no se supiera.
El Punt Avui, por su parte, explica la determinación de Sánchez para ser investido cuanto antes mejor por el miedo a lo que pueda decidir el magistrado del Supremo Manuel Marchena en aplicación de la sentencia del TJUE sobre Junqueras y el efecto que podría tener en ERC.
