"No se puede hacer país sin sacrificio. Catalunya no será nunca una realidad plena sin sacrificio". En septiembre del 1961 Jordi Pujol se pronunciaba en estos términos en una carta a su esposa, Marta Ferrusola, en que exponía las razones por las cuales no se tenía que acoger al indulto que el régimen franquista ofrecía en conmemoración de los 25 años de la dictadura. Pujol llevaba un año y tres meses en la prisión de Zaragoza a raíz de los Sucesos del Palau, por los cuales había sido condenado a 7 años en un consejo de guerra. Allí escribiría su primer libro, Des dels turons a l'atra banda del riu, que el periodista Joan Safont ha reeditado junto con otros textos de Pujol, algunos de los cuales inéditos. Entre estos últimos figuran las cartas que envió a su esposa, partidaria de pedir el indulto, y escritos que dirigió a lo que denomina como el estado mayor de la movimiento antifranquista del cual formaba parte y a quien pidió consejo.

"Por mi cuenta y riesgo fui a la prisión y escogí mi camino. Pero no dejo de formar parte de un ejército, y vosotros sois el Estado Mayor", argumenta en un escrito de finales de junio que dirige a sus compañeros de activismo pidiéndoles opinión sobre el indulto. Pujol confiesa desconocer el efecto que su encarcelamiento ha tenido en la opinón pública y al mismo tiempo les transmite la frustración ante el hecho de que otros no le imitaran. "Si cada 6 meses se plantara una semilla como la mía, Catalunya estaría salvada", remacha. En un nuevo escrito que les hace llegar a principios de septiembre sigue reflexionando sobre el tema y enumera todo lo que podría hacer en defensa de Catalunya si saliera de la prisión.

Por el contrario, en cuatro escritos dirigidos posteriormente a Marta Ferrusola entre el 10 de septiembre y el 16 de octubre, desestima sin ambages la idea del indulto. En una carta del 13 de octubre, admite que su petición de indulto decepcionaría a bastantes personas; insiste en el desencanto ante el hecho de que otros no imiten su gesto enfrentándose al régimen franquista -"la libertad, la justicia y la patria morirán entre nosotros si unos cuantos no se arriesgan y no están dispuestos a ir a la prisión, y también a morir", advierte-; y al mismo tiempo confiesa vergüenza por el hecho de que algunos le consideren un héroe.

A pesar de estas reflexiones que recogen los escritos que publica Safont, publicados por el editorial Comanegra, finalmente Pujol se acogió a la medida de gracia y un año más tarde, en noviembre de 1962, salió de la prisión. En total acabó estando dos años y ocho meses en la prisión de Zaragoza.

Prólogo de Pujol

La obra de Safont, que incluye diferente documentación como la declaración final de Pujol ante el consejo de guerra, va encabezada por un prólogo del expresident, donde explica que este libro puede hacer entender muchos momentos y hechos de su vida, "de lo que ha habido de acción -y mucha- y de lo que, al cabo de sesenta años, hay de dolor". Actuar ya está fuera de mi alcance. Y la esperanza quizás también, pero a la esperanza no puedo renunciar, confiesa.

Pujol explica su entrada en la prisión, la decisión de dedicar aquel tiempo a reflexionar y escribir Des dels Turons a l'altra banda del riu, que describe como su libro más importante. "El escrito de la prisión afianzó y expresó mi propósito de dedicar una parte importante de mi vida (o toda) a evitar que el proceso de borrado gradual de Catalunya continuara", argumenta, lo cual, según su parecer, requiere, añade, "mucho compromiso personal. Y movilizar a mucha gente".

Explica que el libro Des dels Turons a l'altra banda del riu nace de la derrota, que el 39 el país había quedado exánime y desconcertado y necesitaba "reforzar el temple y la esperanza". "Es decir, necesitábamos formar un nuevo ejército. Sí", asegura para destacar que hacía falta "recuperar la moral, redefinir objetivos y reorganizar la sociedad, con más unidad interna y con más respeto. "Cuando un ejército es derrotado, gravemente derrotado, hay que reorganizar a la gente, pero también hace falta un nuevo discurso, una renovación de la moral, unos nuevos mandos. Un nuevo ejército", advierte.