La tercera vía tiene una nueva presencia mediática. O quizá es que una nueva presencia mediática reúne a la tercera vía. Se llama política & prosa (en Twitter: @PoliticaProsa) una cabecera en versión digital e impresa en formato libro mensual con una factura equivalente a las llamadas revistas de alta gama. Quien ha configurado el proyecto, según varias personas involucradas en él, es Lluís Bassets, director adjunto de El País.

Parece que política & prosa quiere ofrecer una alternativa intelectual al independentismo y recuperar la iniciativa del debate y de la propuesta al país de manos del mundo soberanista. Quitarle el pan del cesto. Trabajan a largo plazo: "Tenemos para cinco o diez años como mínimo, nos dijimos nada más encontrarnos por primera vez en febrero de este año [2018]", explica el "Quién somos" de la web.

La revista se presenta con afán de "denuncia de la falta de política y de la necesidad de una aproximación más pragmática y directa a la realidad". Es una propuesta tercerista convencional, canónica: "Se trata de abrir espacios y no de cerrarlos, de unir y no de dividir, de recuperar consensos y no de promover nuevas disputas", dice "Al servei del diàleg", uno de los dos editoriales, que también propone "[reconstruir] espacios de debate y de reflexión y [tender] puentes entre los que ahora ni siquiera se hablan".

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Portada del número cero

1-O: "Fracaso en toda regla"

Ha llovido mucho, sin embargo, y la onda de política & prosa no es exactamente la misma tercera vía previa al 1-O, ("un fracaso en toda regla"). Remarcan sin embargo, "una cierta exigencia a los políticos para que no sustraigan [la política] del ámbito de la deliberación democrática ni la transfieran con sus responsabilidades a otros ámbitos digamos técnicos, como son la justicia, la policía, el funcionariado, o las estructuras de decisión europeas e internacionales".

El color general de lo que se publica a la web es, ciertamente, muy moderado, casi rosado o azul cielo, cortesano y suave, como en el párrafo ahora mencionado se habla de una "cierta exigencia" o se llama "ámbitos técnicos" a la justicia y la policía, descripción que se ajusta digamos relativamente a los garrotazos del uno de octubre o a los autos y la instrucción del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena.

Sin embargo, el perímetro del debate se traza con mucha claridad. Es este: "la consideración que merecen todas las personas y el respeto a la regla de juego, es decir, al estado de derecho, al Estatuto de Autonomía de Catalunya y a la Constitución Española". Acto seguido, una advertencia: "Dentro del arco anchísimo de la semántica de esta cabecera cabe mucho, pero no cabe todo".

Libertad presos...

El otro editorial, titulado "Política i presó" (¿por qué no política & prisión? Lástima) arranca más decidido: "No puede haber diálogo, ni política, ni parlamento, cuando un grupo importante de los que han dirigido la política de un país está en prisión", dice, y pide "que puedan volver en su casa, con sus familias, y si es posible [...] a su vida de siempre". Inmediatamente, regresa al perímetro de seguridad, no vaya a ser: "Pero hay dos equívocos que se tienen que deshacer. El primero y más importante es aclarar que, efectivamente, hubo una ruptura grave de la legalidad constitucional. Y que, como pasa siempre que se vulnera la ley, hay que esperar que la justicia sentencie".

En la sección "Destil·lats. Lectures de premsa" el historiador Jaume Bellmunt recomienda cinco piezas que no dan para leerse de cualquier manera. Sus autores son Daniel Innerarity, Jürgen Habermas, Pau Luque, Nicolas Leron y Marcos Reguera. En "Blog", la politóloga Ástrid Barrio propone al gobierno Torra que vuelva a hacer política" como si tal cosa: participar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, y "proponer una reforma constitucional para ver, entre otras cosas, que tenga cabida el referéndum, una vez se han hecho patentes el riesgo y la futilidad de hacerlo de manera unilateral". Y todo sin el DeLorean.

Los promotores

En el consejo editorial, además de Bassets, figuran Astrid Barrio, profesora de Ciencia Política de la Universidad de Valencia y analista de Agenda Pública; Rafael Jorba, ex jefe de opinión de La Vanguardia, autor de La mirada del otro. Manifiesto por la alteridad y Catalanisme o nacionalisme. Proposta d’una nova laïcitat; Fèlix Riera, editor, exdirector de Catalunya Ràdio y del Institut d'Empreses Culturals, director editorial de Grup 62 y autor de Just abans del salt endavant; Xavier Roig, periodista, consultor en comunicación, y jefe de gabinete del alcalde Pasqual Maragall; Rosa Massagué, periodista de El Periódico, corresponsal en Londres y Roma, y autora de El legado político de Blair; Leopoldo Gay, profesor en la escuela de administración y dirección de empresas del Institut Químic de Sarrià; Jaume Bellmunt, licenciado en Historia, promotor de "Taller de Política" y coautor de Pasqual Maragall. Pensament i acció; y Guillermo Basso, consultor en comunicación, exdirector del Centro Cultural Español de Miami.

Estas escuetas biografías difícilmente explican bien el carácter y la trayectoria de estos nombres. Todos son gente que piensa, desde luego: casi todos han publicado libros, papers y artículos sobre la situación política catalana, entre otros argumentos. Para hacerla corta y en tono neutral, podrían definirse como catalanes constitucionalistas. Ellos prefieren llamarse catalanistas.

Arriesgando una descripción sumaria, menos ecléctica, son una representación del unionismo local incómodo con el esencialismo españolista, a pesar de hayan viajado juntos estos años del procés, seguramente porque su malestar con el independentismo es aun más intenso. El origen de este malestar es diferente en cada caso, aunque la mayoría proviene del entorno progre no nacionalista –antipujolista, si quieres–, de los años 80 y 90. De lo que entonces era el maragallismo veteado de tarradellismo. La portada de la revista anuncia una entrevista a Josep Maria Bricall, exsecretario general de la presidencia y exconseller de Governació de Josep Tarradellas, y exdiputado en el Parlamento por el PSC, entre otras cosas. Si querían enviar un mensaje, enhorabuena: se recibe alto y claro.

Saludos cordiales

Los nombres de conocidos que han saludado públicamente la revista, los primeros Crónica Global, la filial catalana de El Español, dejan entrever a quién contenta la iniciativa de política & prosa. Quizás trazando la línea que une estos puntos aparece el perfil de su comunidad. Cada cual lo sabrá ver:

La revista está editada por una Sociedad Limitada de nombre Política & Prosa, constituida el pasado 2 de agosto con un capital social de 27.500 euros y una única finalidad: "edición de revistas". Los administradores mancomunados de la cosa son Xavier Roig y Leopoldo Gay.