La policía griega ha dispersado una manifestación pacífica de los millares de refugiados que se encuentran en Lesbos esperando una solución después del incendio del principal campamento de Moria. La solución, de momento, es la construcción de otro a pocos kilómetros. Acnur está trabajando por un nuevo campamento, el de Kara Tepe pero esta no es la solución que quieren los ciudadanos griegos ni tampoco las mismas víctimas que se encuentran con un futuro en suspense desde hace meses. Por eso, esta mañana se han manifestado, han bloqueado las principales carreteras para evitar que llegue la entrega de ayuda y reclaman que no quieren comer sino libertad.

Algunos de los manifestantes han lanzado piedras y la respuesta de los cuerpos de seguridad griegos ha sido atacar con gases lacrimógenos a niños, niñas y madres que iban con ellos paseando de forma pacífica por las calles. También se han vivido momentos de tensión como el de una mujer refugiada que, presa por los nervios, ha plantado cara a la policía y ha acabado tirada por el suelo. Los porrazos también se suceden en una mañana que pone de manifiesto la urgencia que tiene Europa para resolver esta grave crisis humanitaria.

Moria ya era un punto caliente antes de la pandemia. En campos de 3.000 personas, han llegado a vivir 19.000. La semana pasada se sucedieron tres incendios consecutivos. Una de las hipótesis apunta que son los mismos refugiados quien han provocado la situación para reclamar una solución urgente a las condiciones de vida insalubres en las que están sometidos. El coronavirus ha acentuado los problemas con una pandemia que ha corrido dentro del recinto. Las soluciones que llegan desde algunos países de la Unión Europea son, inicialmente, acoger los menores y adolescentes. A modo de ejemplo, la Generalitat se compromete a acoger un mínimo de 120 refugiados, entre los cuales niños y adolescentes solos.

La negativa a construir otro campo viene de la misma sociedad griega que no les quiere acoger y tampoco en estas condiciones. La Federación Panhelénica de Asociaciones Militares, en una carta dirigida al presidente de la República y al ministro de Defensa Nacional, solicita que las Fuerzas Armadas no participen en la creación de Kara Tepe. También ha protestado el personal administrativo de la región porque participan en el transporte de tiendas en helicóptero y la instalación de tiendas.

La desesperación de los refugiados viene acentuada por cuatro días seguidos durmiendo en la calle, abandonados por las autoridades y con un futuro inmediato todavía menos esperanzador. Sobre todo porque el nuevo campo tampoco asegura el refugio inmediato de 5.000 personas.