La polémica ya hace seis meses que se arrastra y ahora parece llegar a su límite. Un escudo franquista en la fachada de un edificio del Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno en Jerusalén luce desde hace décadas en la pared principal. La noticia ha pasado desapercibida todo este tiempo hasta que Compromís, a través de una denuncia de un ciudadano anónimo, lo puso de relieve públicamente. La derivada de este impacto ha sido un auténtico despropósito de la Moncloa: tapar el símbolo con un trapo.

Exteriores no mueve ficha

El único senador de Compromís Carles Mulet se desplazó el pasado mes de enero hasta Jerusalén para exigir a Pedro Sánchez la retirada de un escudo franquista que lleva incorporado el águila de San Juan y el fajo de flechas a la fachada de un edificio que albergó tiempo atrás el Consulado General español en Tierra Santa. Mulet registró anteriormente una batería de preguntas en la Cámara Alta con el objetivo que se retirara. Sin embargo, el gobierno ha contestado que el edificio no es de titularidad pública y que el único escudo que existe actualmente, colocado sobre la puerta de acceso, es el constitucional. Pero nada de eso. El senador valenciano adjuntó varias fotos para demostrar que este símbolo, grabado en piedra, continuaba en un lateral del edificio. Un hecho que incumple el artículo 15 de la ley de Memoria histórica aprobado en el 2007 y que obliga instituciones y particulares. El error del gobierno es porque en 1994 ya se retiró otro emblema franquista de más dimensión en la entrada principal, pero se dejó el pequeño de atrás. Y es este que ha sido tapado con un trapo que "deja ver las vergüenzas".

"Es un despropósito"

En declaraciones al diario The Objective, Mulet concluye: "Es cutre como mínimo. En vez de adoptar esta fórmula, lo podrían haber sacado. Si eso es muy caro, propongo rebozarlo con cemento, una solución que costaría 30 euros y que no llamaría tanto la atención. Todo es falta voluntad y protocolo". Pero la burocracia, demasiadas veces, acostumbra a ser lenta. El ministro José Manuel Albares ha reiterado la intención de retirarlo todo. Por eso tiene que iniciar trámites con el gobierno municipal de la ciudad de Jerusalén y establecer una partida económica por los trabajos de desmontaje y reparación de la fachada. Según la respuesta parlamentaria que recibió Mulet, el emblema franquista sería entonces embalado y trasladado al Centro de Depósitos de la Memoria Histórica de Salamanca. Actualmente, el edificio acoge un colegio que pertenece a la Obra Pía de los Santos Lugares, institución adscrita al ministerio de Exteriores. La Obra es un organismo centenario atado a la presencia de España a Tierra Santa que ofrece cooperación religiosa y humanitaria.