Una treintena de consejeros nacionales de Junts per Catalunya —próximos a Laura Borràs— han elevado a la comisión de garantías del partido una denuncia contra el presidente del partido en la comarca del Maresme, Carles Bosch, por haber pedido la dimisión de Aurora Madaula en el marco de la última reunión del máximo órgano de decisión de la formación entre congresos el pasado 13 de enero. Tal como ha adelantado El Món y ha podido confirmar ElNacional.cat, los denunciantes trasladan en la queja que la intervención de Bosch en el último Consell Nacional puede haber incurrido en "faltas muy graves" de aquello que establecen los estatutos del partido y el código ético. En este sentido, reclaman que se lo expediente disciplinariamente por haber pronunciado un discurso contra Madaula que fue "lesivo", "contrario a la cohesión interna y a la lealtad" hacia Junts.

Según ha podido conocer este diario, Bosch defendió durante su intervención que la vicepresidenta juntaire, Aurora Madaula, tendría que dimitir por haber hecho "uso político" de la violencia machista. En la línea de lo que expresaron 22 diputados en su denuncia presentada en la comisión de garantías juntaire contra Madaula, el dirigente de la comarcal del Maresme de la formación señaló que "las discrepancias políticas" no son violencia y manifestó su apoyo a la presidenta del Parlament, Anna Erra, y al grupo parlamentario. El presidente del Consell Nacional, Josep Rull, le pidió que no hiciera alusión a una persona que no había asistido a la reunión —está de baja médica— y que no se podía defender. Después de la intervención de Bosch, se oyó alguna expresión de queja entre algún consejero nacional.

En la denuncia, los consejeros nacionales que la presentan sostienen que Bosch mostró "un cierto grado de insolencia y desconsideración" tanto con Rull como con el resto de miembros asistentes. También recoge este escrito que Carles Bosch "aumentó sus palabras al dar el nombre y apellidos de la persona señalada", en referencia a Aurora Madaula. Al mismo tiempo, los denunciantes piden que la presidenta de la comisión de garantías, Magda Oranich, no participe de esta investigación por su "relación de amistad" con Carles Bosch. Conviene recordar que Oranich ya se ha apartado de las investigaciones relacionadas con el caso de Madaula —hay una denuncia de los 22 parlamentarios contra el "uso político" de la violencia machista por parte de la secretaria segunda de la Mesa del Parlament, y otra de la sectorial de Feminismos del partido en la misma línea—.

Los casos de Cristina Casol y Aurora Madaula

La vida interna en Junts se ha agitado las últimas semanas a raíz de las denuncias que presentaron Cristina Casol y Aurora Madaula contra el grupo parlamentario por acoso por razón de género ante la Oficina d'Igualtat del Parlament. De hecho, eso ha reabierto las heridas internas entre los más afines a Laura Borràs y los más próximos a Jordi Turull. En el caso de Madaula, la situación se remonta a finales de noviembre cuando, durante un discurso en el Parlament de les Dones, denunció haber sufrido "violencias machistas silenciosas" por parte de compañeros de partido. Más adelante, presentó la queja formal ante la comisión de garantías del partido, pero un mes después la retiró por "desconfianza" en este órgano. Poco después, se conoció que Casol había presentado la denuncia contra la dirección del grupo parlamentario, queja que se cerró por parte de la cámara por no haber encontrado "hechos probados", a pesar de considerar que había un "machismo cultural arraigado" en las dinámicas de las filas del grupo. Esta resolución aceleró la petición de 26 de los 32 diputados para que la que fue la número 2 de los juntaires por Lleida dimitiera y renunciara al acta. Ante esta petición —acordada en la permanente del partido—, la ejecutiva decidió expulsar a Cristina Casol del grupo parlamentario. Esta misma semana, Casol se estrenará como parlamentaria no adscrita en el pleno y ya ha iniciado el trámite para darse de baja del partido.