El president, Pere Aragonès, y la presidenta de Junts, Laura Borràs, han encabezado una cumbre de los respectivos partidos convocada con el objetivo de reconstruir confianzas entre los socios de Govern. A finales de agosto, Junts cerró una auditoría sobre el pacto de legislatura y reclamó a ERC una revisión de los puntos que no se han cumplido, entre los cuales el espacio de dirección estratégica y la coordinación en Madrid. Estas han sido las exigencias que la formación de Borràs ha planteado en el encuentro, mientras que ERC ha exigido a los socios lealtad. La dos partes apuntan que el encuentro de hoy ha sido un primer paso y que será necesario dar continuidad a la conversaciones. La reunión, que ha adelantado El Periódico y ha confirmado ElNacional, se ha celebrado en el Palau de Pedralbes, ha comenzado a la hora de comer y se ha alargado hasta las 9 de la noche.

Después de concluir la auditoría sobre el seguimiento del pacto de Govern, Junts reclamó que se cumpliera el compromiso de crear un "espacio de dirección estratégica", que incluye aquel acuerdo, con el objetivo de generar consensos entre los principales actores independentistas y definir los pasos a seguir en el procés. Reclaman, asimismo, la monitorización de las conversaciones que se producen con el gobierno del Estado en el ámbito de la mesa de diálogo, y la articulación de un espacio de trabajo y coordinación permanente en Madrid.

Lealtad

 

Según fuentes de la delegación de ERC consultadas por ElNacional, durante el encuentro los republicanos han alertado a Junts que cualquier escenario pasa antes por aclarar qué estrategia.Consideran que no se puede crear ningún nuevo espacio "sin unos mínimos de lealtad y confianza", porque no sería "ni útil ni honesto". Estas mismas fuentes señalan que la reunión ha sido "dura", y que no será rápido ni fácil, pero que se han hecho pasos para “restablecer puentes, curar heridas y crear unas mínimas condiciones de razonabilidad confianza”.

Al encuentro de hoy, previsto desde la semana pasada según ERC, han asistido también port parte de los republicanos la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, y el secretario general de Junts, Jordi Turull, además de Puigneró, y el director de la Oficina del president, Sergi Sabrià, los presidentes de los grupos parlamentarios de ERC y Junts, Josep Maria Jové y Albert Batet, entre otros. La reunión se ha convocado con voluntad de abordar los temas en profundidad, sabiendo que sería larga, lo cual ha llevado a anular las respectivas agendas.

El encuentro se ha producido después de que la decisión de Junts de someter a la militancia la decisión sobre la continuidad en el ejecutivo ha provocado que diferentes dirigentes posicionen al respecto. Si el lunes Borràs aseguraba que era "perfectamente posible" que Junts saliera del Govern, el martes el conseller de Economía, Jaume Giró, añadía que también era perfectamente posible que no saliera.

Diferencias estratégicas

La reunión se produce, además, después de jornadas de crispación en las filas independentistas. En un primer momento, la tensión surgió a raíz del enfrentamiento entre los republicanos y la ANC por el manifiesto de la manifestación de la Diada, a la cual ni el president ni ERC asistieron mientras que Junts sí que se sumó. Al acabar la manifestación, sin embargo, fueron las exigencias que planteó la Asamblea lo que hizo crecer todavía más la temperatura, cuando la presidenta de la entidad, Dolors Feliu, reclamó al Govern que convocara elecciones si no tiene intención de sacar adelante el procés independentista.

La reunión que ayer convocó Aragonès con las entidades hizo evidente de nuevo las profundas diferencias. Además, dio pie a un nuevo episodio de tensión con Junts después de que el vicepresident, Jordi Puigneró, se reunió por su cuenta con la presidenta de la Asamblea, Dolors Feliu.